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  Entonces salió de estancia, y el viento frio le crispo la piel, la estación policial de Miami era una bola de constante movimiento, papeleo, sonidos, personas, y todo eso José lo podía sentir en sus hombros como si fuese una bola de nieve que se acumulaba y le hacía un peso tremendo. Hombro que fue detenido justo cuando iba ya por la acera, esa mano, ese rostro, ese cabello bajo y esos ojos fríos. Thomas, de nuevo, persiguiéndole, jodiendo todo, estando allí con la cara lavada, y entonces José le pico la mano, quería volver a golpearle. Quería... de verdad quería coger la valentía suficiente para darle una buena tunda, tan fuerte que no pudiese recuperarse tan fácil, de esas donde la sangre se le acumulase en los ojos, nariz y boca. Pero entonces miro al suelo, y lo volvió a observar a él.

-Creo que se te quedo esto- el joven le otorga una instantánea.

José la coge con los dedos, y observa la imagen el papel brillante. Era José, pudo reconocerse al instante, estaba allí en la cama de Brandom, en cuatro patas, desnudo con la boca semi abierta, y con una máscara negra que le cubría la mitad de la cara. Otro detalle importante, estaba siendo penetrado. José soltó el papel, y la cabeza le latió fuerte ¿Qué coño hacia Thomas con una foto de él teniendo sexo con Brandom? Nadie, nadie sabía que él trabajaba con el sexcam a menos que... Brandom, en su dolor y locura... pero ¿cómo? ¡Dios como se le ocurre esto para hacerle daño a José! Era una puta agonía que José no pudo ocultar en el rostro. Thomas recoge la fotografía y cínicamente se a coloca en uno de los bolsillos de la chaqueta de José y le da unas palmaditas.

-¿Hey no queremos perder estás fotitos verdad? Ay como se te ve disfrutando, pensé que eras de esos estudiosos nerds, pero eres una perra José- se mofa Thomas con una sonrisa asquerosa en la cara.

José traga grueso y empuña sus manos.

-Quieto niño, ni se te ocurra armar un escándalo o suelto la sopa- amenaza Thomas.

-¡Eres un hijo de puta!- fue lo que salió de su boca- y no se de lo que hablas- José toma la fotografía y la rompe en pedazos- puedes hacer lo que quieras, nadie va creer que soy yo.

Thomas suelta una risa.

-José, José, José- dice tocándose los labios- eres tan ingenuo, hasta yo te reconocí que te he visto... ¿Qué? ¿Unas cuatro cinco veces? Tienes que comprarte una máscara que te cubra toda la puta cara de perra que tienes- escupe.

-Y tú tienes que buscar a otro pendejo que te crea ¿Qué crees? ¿Qué con esto vas a amarrarme? Haz lo que se te dé la gana- dice José con los labios temblorosos.

-Eres patético José, por eso tu noviecito me vendió tus fotos para comprarme material, claro, no de alta calidad pero...- Thomas lo toma de la barbilla- como me burle al verte con el culo lleno de crema Chantilly, ¿dime José no existía otra manera de pagar la casita de tu tía? Por qué imagino que por eso lo hiciste. Yo estaba allí, en mi auto, viendo todo desde la otra acera, como los sacaron como perros de allí-

Entonces José lo imagino, imagino a un dolido Brandom vendiendo su intimidad al mejor postor. Pero... ¡maldición Brandom! ¿No te basto con la escena de ese día? ¿Tenías la necesidad de venderme por... drogas? ¿Eso es lo que valgo para ti?... José imagino a Thomas viendo desde su televisor pantalla plana como le llenaban el puto culo de comida, y como Brandom se lo follaba, y las risa y la burla se le incrusto en el estómago, y de pronto ya no quería estar allí. Thomas se le acerca al oído y le dice en un susurro:

-¿Cómo se pondrá tu tía si sabe de esto? ¿La escuela? ¿El rectorado de la universidad a la que quieres ingresar?-

José ya con sus ojos cristalizados, con un dolor profundo en el alma, recoge toda su desgracia y aparta a Thomas de su espacio con las manos, de un fuerte empujón.

-Bravo Thomas- José aplaude tres veces flojamente- te has ganado el premio como el maldito hijo de puta de este año, me robaste mi casa, mi intimidad, ¿qué más quieres? ¿Mi dignidad?

-No, esa ya te la quito Brandom, pero me gustaría que le dijeras a tu novio que me sigue debiendo, y mucho dinero, así que si no me paga lo voy a desaparecer para siempre- Thomas entonces se va de estancia.

José se queda allí y no puede hacer más nada que salir corriendo de ese lugar, y entonces pedaleo, pedaleo tan fuerte que sentía como le arrancaban la felicidad de un tajo, y como entonces las lágrimas se las llevaba el viento, se iban por sus orejas y se perdían. Casi pierde el control de sí mismo cuando en una esquina casi lo atropellan, pero siguió por la vía, ni siquiera presto atención a los autos. Solo siguió, y siguió, hasta que las piernas se le cansaron y puso el reproductor de su móvil a todo volumen. Y siguió en su pena, saboreando la derrota, la pena, la traición. Llego a Baxter, el edificio estaba solo casi en su totalidad salvo por la vigilancia, con los cascos a todo volumen escuchó la voz de una mujer. Ven y cuéntame la verdad, ten piedad, y dime ¿por qué? No, no, no ¿Cómo fue que me dejaste de amar? Yo aún podía perdonar tu tanta falta de querer. Mintió a vigilancia, dijo que haría unas prácticas, y como era estudiante de confianza, entró a estancia, y los pasillos se le hacían largos, y las ventanas muy amplias, el aire pesado porque entonces su llanto se hizo más fuerte, más vergonzoso.

¿Qué estás haciéndome Brandom? ¿Dónde coño estás? ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué me rompiste el corazón?

I want sex/ Quiero sexo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora