Solo miro el techo, negro, la luz de la luna era como un rocío a la vidriera y la hacía en algunos puntos azúl, José no sabía que hacer, no podía conciliar sueño, solo revivía una y otra vez aquella escena dónde sus primos con lágrimas en los ojos se fueron en un auto junto a John, quien era ahora los que los iba a cuidar. José y tía Ingrid no tenía techo donde dormir, Brandom se había ofrecido amablemente pero el orgullo de ambos pudo más, unas sonrisa cálida y un gracias por parte de tus Ingrid había bastado. Ambos despidieron a Brandom, tía Ingrid con un fuerte abrazo y un agradecimiento rotundo por estar allí. José le besó en los labios y le dijo al odio por bajito que le iba a echar de menos. Brandon no pudo hacer mas nada wey tragarse esas palabras y llevárselas en la mente.
Cada cierto tiempo Bradom telefoniaba, estaba tan al pendiente que José sintió un gran alivio al saber que no estaba solo. Tía Ingrid colocó sus cosas en casa de varios amigos, muchos de los tantos ofrecieron su ayuda y apoyo y algunos ya lo hacían. Tía Ingrid tenía deudas por varios lados de la moneda, debía al banco, debía a sus amistades que amablemente no cobraban, pero el banco no tuvo esa generosidad. El mundo funciona así.
Destrozar a una minoría para que haya equilibrio... Tal vez... Los pobres somos el privilegio de los ricos.
Pensó eso, pensó en la desastrosa fortuna de algunos y el poco poder adquisitivo de otros, se le vino a la mente mucha gente con hambre, mucha gente sin techo, como él en ese momento. Jamás pensó en absoluto no tener dónde dormir, y se sentía muy desamparado, sin su padre y madre, solo con tía Ingrid quien no flaqueo ni un momento, estaba serena, aunque por dentro de seguro en una obra triste y un bulto de pensamientos.
-¿Tampoco puedes dormir verdad?- pregunto luego de un ratito.
José de quitó los cascos que tenía colocados en los oídos.
- No- dijo.
- Santo padre- exclamó- que sorpresa te da la vida, bienvenido a estados unidos y el famoso sueño americano- rio por bajo- no tengo ni un dólar.
Estaban allí ambos en el estacionamiento de un pequeño local, durmiendo en la camioneta , allí refugiados con abrigos del frío que azotaba la madrugada. El plan era sencillo, esa noche iban a dormir en un hotel, pero ninguna tarjeta paso, no tenía fondos ni siquiera la dorada de crédito que nunca fallaba a tus Ingrid. José pensó en lo frustrada que se podía sentir.
- Ya mañana será un mejor día-
- Ya mañana nos meten presos por dormir en la calle- bromea tía Ingrid.
- Somos venezolanos no hay mayor desgracia- exprés Brandom.
- ¡Hey no digas eso yo amo mi país!- exclama tía Ingrid.
- Si claro el salto angel y todo eso- dice José.
- Yo extraño una arepa en la mañana, un beso de mamá, y peliar con tu madre- dice con añoranza.
- Yo también los extraño tía- dice José.
- Debe ser duro José, todo esto... Lo siento yo solo quería darte una mejor vida-
- La tengo, tengo amigos que me aman, estudio en una prestigiosa escuela, tengo una postulación a una beca- José enumera las cosas que le han pasado, las buenas y bonitas, y hasta el sintió un alivio.
- Y un chico que te ama picaron- dice luego de un momento tía Ingrid y le ofrece un codazo desde su asiento reclinado.
Y un chico que me ama...
Repite José con alegría en la mente y en la sonrisa que se le dibujaba en ese momento, fue entonces que se quedó profundamente dormido.
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I want sex/ Quiero sexo.
Teen FictionJosé Torres es uno de los tanto inmigrantes venezolanos, acabado de llegar a la escandalosa Ciudad de Florida Miami se instaura en el instituto Baxter donde conocerá a Bramdon Lozano, un enigmático joven que lo enganchará hasta el ultimo tuétano, co...