I want sex/ Quiero sexo.

6

  En cuanto entran a estancia allí esta Brandom jugueteando con el chico de cabellos alborotados, el lugar esta abarrotado de estudiantes, José se dispone a concentrarse en el dispensador de comida rápida junto a Madison que ya se ha pedido un Doritos. Vuelve a observar, y entonces siente una ira tremenda repentina, eso eran ¿celos? ¿Realmente estaba celoso? Brandom reía muy fuerte, y este otro chico le acompañaba, también estaba Kevin con ellos, y otros dos más. Parecían estar muy amenos y José decidió torcer el gesto en cuando Brandom le observó, Brandom parpadea y se queda algo pensativo.

El ambiente era pesado, José no quería estar más allí, y daba gracias a dios que el comedor era amplio y la distancia entre Brandom y él también poseía la misma característica, sentía que toda la escuela le observaba, y mormuraban cosas, José disperso toda su mente. Incluso el uracan José estaba formando nubes tormentosas en su cabeza.

¡Basta!

¡¿Cómo se te ocurre Brandom colocarme en tus historias?!

José quería hacerlos micos, y ahora mucho más, tan de ricitas con su ex. Le herbia la cabeza, tanto que le latia cada vez más.

-Te dije que era tu enemigo- creyo que era la voz de su conciencia la que decía aquello, pero era Madison mientras comia de una bolsa de doritos.

-Claro que no, ellos pueden ser amigos, yo no tengo que ver con Brandom- dice José mientras coge doritos de la bolsa de Madison.

-¿Entonces por qué no saludas?- inquiera Madison maliciosamente.

José le lanza una mirada de pocos amigos, ella simplemente parpadea y sonríe plácidamente mientras muerde un pedazo de aquella crujiente chuchería.

-No soy de ese grupo- termina de decir.

-Cariño sé que no quieres admitirlo, y sé también que esto te afecta- Madison se da la vuelta, su cabello danza a su son inquietante y con una voz dulce acompañado de unas palmaditas en el hombro dice:- creo que deberías saber quién es tu enemigo querido. Solo eso... ve que es lo más conveniente para ti José, no todo el mundo es como dice ser- se retira, José observa como su falda cae con naturalidad a su silueta, tiene unas piernas bellísimas.

Niega con la cabeza, esa frase se repite en su cien, la voz de Madison le queda grabada.