Un poco de brillo labial vertido en sus labios, un maquillaje metalizado, un par de ojos eléctricos de negro profundo. Cuando Madison se dio la vuelta en su habitación para pedir opinión a José, este simplemente asintió, Mad negó con la cabeza y se colocó su gargantilla de plata en forma de serpiente. Tenía el reggaetón a todo volumen en su reproductor y José esto le pareció más extraño de lo que parecían esos mensajes de texto que le llegaban al móvil cada cinco segundos. José se sentía un poco abrumado entre los tonos metal y rosa de la habitación, la cama amplia y los ventanales con vista a la ciudad. Cuando Madison le llamó aquella mañana que la tenía que acompañar a comprarse su vestido de gala para la noche, José no tenía ánimos de mover un pie, pero se replanteo muchas cosas ¿Por qué tendría que estar así si ni siquiera había pasado nada? quiso engañarse a sí mismo, pensar que entre Bradom y él estaba todo bien. Salió con sus mejores ánimos, con el rostro contento, y el sol las bromas de Madison y sus constantes cotilleos lo mantuvieron distraído. Pero todo era un espejismo, como una distracción, poco a poco que el tiempo transcurría, el día avanzaba, era el mismo tiempo que no sabía absolutamente nada de Brandom.
No supo por cuanto tiempo estuvo pegado al móvil viendo la pantalla, la barra de notificaciones que permanecía vacía tanto como lo estaba su corazón, su estómago que se retorcía con una incertidumbre tremenda. Y cuando llegó a casa de Madison y observo aquel mismo techo, los mismas puertas de cristal, y el balcón, sumido en la sombra del sol al atardecer. Esas imágenes vinieron a su mente, y a su boca el sabor de Brandom y la electricidad le corrió por el cuerpo, comió rápido y subió a la habitación junto a Madison.
-¿Puedes decirme que pasa José? ¡Maldita sea!- dice Madison de pronto.
José se levanta de la cama y la observa, tiene sea mirada dura y el rostro serio, esto iba enserio.
-¿Por qué no mejor me dices porque tu celular no deja de sonar?- expresa.
Madison se muerde el labio inquieta y coge el móvil, entonces sonríe levemente al ver aquellos mensajes, textea por unos segundos y vuelve a mirar a su compañero.
-Excusas José ¿a esto llegamos? Nos evadimos las preguntas- dice con la decepción en sus palabras- ¡Hey jodete! follaste en mi casa, con mi ex –puntualiza- y te lo perdoné, pero no te perdono que entonces no quieras contarme nada. Sí, me escribo con alguien... desde hace mucho y lo sabes- se muerde los labios entusiasmada- parece que nos vamos a conocer pronto- da un saltito y todas las fibras que colgaban de su vestido plateado bailan con ella, como hilos de plata brillante.
-¿Cómo lo conociste? Es decir... ¿es el mismo chico con que hablabas todo el rato dejándome hablando solo?- dice José con la duda en la cabeza.
La joven asiente.
-¿Ahora dime tu qué te pasa que has estado soltando suspiros y dando miradas largas toda la tarde?- inquiera deseosa de información, con la ceja alzada y los brazos cruzados.
-Pues es Brandom- dice José.
-Supongo- expresa Mad colocando en su hombro un lindo bolso de cuero.
-No sé nada de él, supongo que debe estar muy ocupado- José se encoje de hombros.
Madison se acerca a José, con su perfume costoso de vainilla que le invade el olfato a José y le toca los hombros con sus manos lizas de dedos con manicura trabajada y costosa.
-Mi amigo no tiene por qué preocuparse por nada, esta noche es para disfrutar un puto medio año de exámenes, aún nos falta el otro año, pero vamos a celebrar ¿Okay? somos caros bebe- le guiña el ojo picarona.
José asiente lentamente.
-Además me han dicho que anda con lo de sus exámenes toxicológicos entre otras cosas, y no preguntes como obtuve la información, al carajo los hombres José vámonos- Madison de su campo visual y se introduce en el baño a retocar el maquillaje.
Entonces Jose se coloca el saco, se observa en el espejo lustrado que tenía Mad en su habitación, se ve por sobre la superficie del cristal, y no puede ocultar sus ojos hundidos por el mal dormir, su sonrisa a medio lado le da ánimos, y se acomoda algo sus hebras azabache.
Tal vez Madison tenga razón, tal vez me preocupo de más, Brandom vamos a dejarte un lado solo por esta noche... al carajo todo...
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I want sex/ Quiero sexo.
Ficção AdolescenteJosé Torres es uno de los tanto inmigrantes venezolanos, acabado de llegar a la escandalosa Ciudad de Florida Miami se instaura en el instituto Baxter donde conocerá a Bramdon Lozano, un enigmático joven que lo enganchará hasta el ultimo tuétano, co...