Capítulo 11: Ruido.

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PASADO

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PASADO

—¿Por qué tenemos que escondernos? —callo las cuestiones de Matt con otro beso mientras torpemente pego mi espalda a la puerta del salón el cual obviamente está vacío.

Este pertenece a los del penúltimo año, sin embargo, esos suertudos se encuentran de excursión junto a los demás—los de primer y antepenúltimo año—mientras nosotros los de último año nos tenemos que conformar con otro día más de clase.

Matt separa nuestros labios para llenarme la cara de besos y se mantiene en su acción por un rato hasta que yo tomo su lugar.

—¿Me extrañaste mucho? —pregunta.

—No, solamente...—dejo un sonoro beso en sus labios— quería besarte.

—Pues yo te extrañe por los dos —sus brazos me rodean mientras mi cabeza descansa en su pecho.

—Pero si nos vimos anoche.

—Eso lo sé, corazón, pero siempre es bueno abrazarte y besarte —como si quisiera confirmarlo, su abrazo se hace más fuerte—. Quien diría que la intensa ahora eres tú —aparto mi cabeza de su pecho para apoyar mi barbilla ahí y así poder mirarlo.

—Yo no soy ninguna intensa, solamente me gusta besarte.

—Tengo esa parte clara y eso no quita el hecho de que te gusta besarme a escondidas.

—Matt, es la única manera y así es más emocionante.

—Más emocionante no es porque lo que quieres es que nadie lo sepa.

—Estuviste de acuerdo con esto —le recuerdo—. Ahora no te quejes por favor.

—No me estoy quejando —me sonríe.

Le devuelvo el gesto y sus labios vuelven a unirse con los míos hasta que la hora del almuerzo finalizó.

Nos despedimos y prometo verlo esta noche en el partido de hoy.

...

Carcajeo junto a Lisa quien me toma de los hombros y me zarandea. Esa alegría que desborda por cualquier cosa es tan característico de ella, las pupilas de sus ojos azules claros se han dilatado un poco. De repente comienza a dar saltos haciendo que perdamos el equilibrio y caemos sobre las gradas del campo.

Mientras nos levantamos, le pido que se calme, además que el alboroto a nuestro alrededor no ayuda mucho.

—Pero es que es tan impresionante, no sé cómo pudimos ganar —sonríe—. El equipo de la universidad nos estaba pateando el trasero y no el balón.

Tiene toda la razón, faltando menos de media hora para que finalizara el partido estábamos dando el juego por perdido ya que el equipo de la UCNA(Universidad Central De Nadaraj) nos llevaba una gran ventaja, pero sorprendentemente nuestro equipo salió del lodo y lograron los goles suficientes para ganar antes de que se acabase el tiempo.

Entre Nuestras SábanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora