Extra: ¿Cómo habría sido...

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Si las cosas hubieran sido diferentes?

Luego de volverse a encontrar Isis y Matt volvieron a coincidir muchas veces, en los pasillos del instituto donde se regalaban múltiples sonrisas, intercambian una que otra palabra y a veces, solo a veces y más de lo que pueden negar muchas miradas donde las palabras no hacían faltan.

Se reunían cada vez que podían a realizar sus deberes del instituto juntos aunque no compartieran clases, a él le gustaba verla mientras esperaba que su turno finalizara para poder acompañarla a su hogar, a ella le gustaba verlo desenvolverse en campo de fútbol y también donde el señor Miller no tuviera ni la más mínima idea, escucharlo cantar.

A ellos le gustaba esa complicidad, pero todos los sabían. Algo se traían esos dos así que no tenían que ocultar nada. Él siempre la miraba, sus ojos estaban puestos en ella a cada momento y cuando no la tenía cerca no podía evitar imaginarla detalladamente.

Ni se preguntaba el porqué no podía sacarla de su cabeza.

Y ella, aunque no lo haya admitido, le encanta las miradas que él le dedica junto las sonrisas tontas que no pueden evitar, las palabras torpes y nerviosas que intercambian, las flores hermosas que recibe gustosa y sobre todo el mar de sensaciones que la embargan cuando él estaba cerca... cuando estaba solamente en sus pensamientos.

A ella le gustaba Matt Miller más de lo que podía admitir.

Las cosas avanzaron tan rápidamente, que no era para nada extraño desviar sus pensamientos hacia el otro, no era nada extraño anhelar estar a cada segundo juntos y tampoco era nada extraño que él escribiera sobre ella, que todo lo que hiciera fuera para ella y todas esas grandes sonrisas junto a esas miradas llenas de ilusión fueran para él.

A él le encantaba cantarle y a ella le gustaba escucharlo.

Ellos se gustaban demasiado, la atracción era tan fuerte junto a lo que sentían hasta que no pudieron controlar esos sentimientos.

¿Isis, estas segura de lo qué haces?

¿Crees que él sea el correcto?

Fueron muy rápidos, son jóvenes tómenselo con calma.

Ella más segura de lo que sentía no podía estar, ¿Y si él no era el correcto? Muy poco le importaba si lo era o no, porque aunque estuviera asustada, lo amaba.

¿Estás seguro de que te gusta lo suficiente?

¿En verdad crees que ella sea?

Tienes un futuro por delante, no creo que seas el de ella.

Para él no era si le gustaba lo suficiente, era si la amaba lo tanto que ella se mereciera y no podía dudar de eso, ella se convirtió en su completa inspiración y nada de lo que le dijeran iba a lograr que dejara de amarla.

Y así, sin poder controlar lo que es el tiempo este pasó y puede que uno que otro choque de opiniones haya pasado en medio de su relación, pero ahí seguían ellos, juntos.

Había algo que lo tenía nervioso, a dejarlo sin uñas de lo que fuera su respuesta. Y todo lo que decían y lo que alguna vez se dijo llegaba a su mente: ¿Eres el futuro de ella? ¿Está en sus planes incluir los tuyos? ¿Quiere ella salir de aquí y dejar todo lo que conoce?

Pero lo que él se preguntaba era, ¿Querrá ella acompañarlo a Alejandra? De verdad, ¿ella aceptaría aventurarse a lo desconocido por él?

Él tenía prácticamente todo planeado, los ahorros y el lugar donde se hospedarían mientras pasaba todo ese "proceso". Trabajo por una temporada a escondida de su padre, ese hombre era necio y ciego, no quería que sus hijos hicieran lo que le gustaba e ignoraba completamente sus potenciales, los limitaba e imponía cosas que a ellos no los llenaba, pero lo que sus hijos no sabían y nunca lo sabrían, era que Thomas Miller fue un hombre con sueños pisoteados, y en su manera de ver las cosas, no quería que sus hijos pasaran por lo mismo que él una vez en su vida pasó. Cosas que sus hijos no iban a saber por su boca.

Entre Nuestras SábanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora