«''Eres hermosa.''Vuelvo a leer las dos palabras escritas en el papel, tomo un bolígrafo y respondo más abajo.
''Lo sé, pero gracias.''
Le paso la hoja a Matt y vuelvo a concentrarme en las actividades de literatura. Sonrío para mí misma cuando siento los labios de Matt en mi mejilla, las palabras que me dice hacen que vuelva a mirarlo, me está sonriendo y tiene un leve sonrojo.»
Meto la última cucharada de helado en mi boca, la película que se reproduce delante de mí hace que me sienta peor. ¿Por qué las cosas no podían seguir siendo tan bellas y perfectas como en la película? ¿Por qué tuvo que ser él quien arruinara todo? ¿Por qué me hizo esto...nos hizo esto?
Preguntas a las cuales no le puedo dar respuestas.
Dejo que la película siga avanzando mientras llevo el tarro vacío hasta la cocina; me quedo un rato merodeando el lugar por algo de comer. Al subir a mi habitación lo primero que hago es apagar la televisión para luego, ir a mi cama a refugiarme entre las sábanas.
Me siento tan mal y no tengo la más mínima idea de qué hacer. Confíe en él, le entregué mi corazón en bandeja de plata, me dejé llevar por mis sentimientos, por todo lo que él me hace sentir para terminar al final con un inmenso vacío instalado en mi ser.
«Un leve golpeteo me saca de mi sueño, desorientada busco la procedencia del ruido.
''Isis...''
Mi nombre es dicho en un leve murmullo, mi estado de ensoñación no me deja reconocer la voz. Los pequeños golpes vuelven a ser constantes y caigo en cuenta de que estos provienen de la ventana. Me levanto de la cama y la abro, dejando entrar a Matt a mi oscura habitación.
Camino hacia la puerta y la aseguro.
—Corazón, recuerda dejar la ventana abierta —me acerco a él y lo ayudo a desnudarse dejándolo solamente con su bóxer blanco, doy unos cuantos pasos hacia atrás y me meto de nuevo a la cama.
—Te dije que no vinieras esta noche, sabes que no podemos hacer nada.
Matt se mete conmigo en la cama y me atrae hacia él envolviendome entre sus brazos.
—Solo quiero estar contigo, corazón. Abrazarte y dormir, solo eso.»
Dejo que mis lágrimas salgan mientras me aferro a la almohada y me quedo mirando a la nada. Ignoro por completo mi celular que se encuentra vibrando a mi lado en la mesa de noche, el acontecimiento de esta mañana se repite en mi mente, torturándome como si no fuera suficiente el dolor que siento.
Cierro mis ojos y busco desesperadamente desconectarme de todo para olvidarme de este día, y en el proceso caer en los brazos de Morfeo.
«—Isis, me gustas tanto. Demasiado para mi propio bien y sé que te has dado cuenta aunque busques pasarlo por alto y lo repetiré porque no busco negarlo, me traes loco —su seriedad me sorprende, todas las veces que ha mencionado tener sentimientos hacia mí nunca son en serio... bueno lo admito, yo no lo tomo en serio. Lo miro nerviosa y como siempre, mis manos van a parar detrás de mi espalda, Matt no deja pasar desapercibida esa acción así que busco otro lugar que mirar que no sea su perfecta cara.
Con su mano derecha toma mi rostro haciendo que nuestras miradas vuelvan a coincidir, sin embargo, sus ojos se alternan entre mis labios y mis ojos. Solo espero y no se de cuenta de mis sentimientos contradictorios porque sí, quiero que me bese y estoy sintiendo muchas cosas por él aunque trate de negarlo.
Últimamente me he encontrado pensando en él y me he vuelto un manojo de nervios cuando estoy con él, cosa que se ha encargado de hacérmelo saber siempre que puede.
»–Dime que no soy el único sintiendo cosas, dime que sientes lo mismo, que quieres besarme, dímelo, Isis, porque me estoy muriendo. Me estoy muriendo por hacerlo.
Mis nervios van en aumento y más al sentir su mano izquierda apretar mi cadera mientras su mano derecha acaricia mi cara... su pulgar se pasea lentamente por mis labios.
—Bésame —mi petición sale en un casi inaudible susurro, pero se que me ha escuchado perfectamente, el silencio que hay en la biblioteca del instituto nos envuelve completamente. Sonríe, pero no me besa. Busco en sus ojos algo que me diga que no está jugando conmigo, pero no encuentro nada, solamente el brillo que siempre acompañan a sus ojos mieles.
Pienso en la forma de liberarme de su cuerpo y la pared que tengo detrás. Cuando vuelvo a mirarlo no hay sonrisa porque sus labios chocan con los míos en un beso desesperado al cual trato de seguir el paso, mordisquea mi labio inferior y vuelve acariciar mis labios con los suyos.
Sus caricias se vuelven lentas lo cual aprovecho para detener el beso y tratar de regular mi respiración, sin embargo, Matt vuelve a unir nuestros labios en otro beso, más suave, más lento, el cual correspondo de la misma manera sin pensar en detenernos.
—Mis labios son tuyos, solamente tuyos, Isis.»
...
Esta mañana al despertarme lo primero que recordé fueron los labios de Matt sobre los de Helen y lo primero que vi fue mi rostro hecho un desastre a través del espejo. Mis ojos marrones almendrados estaban hinchados y rojos como mi nariz, y las marcas de lo que una vez fueron lágrimas adornaban mis mejillas.
En los pasillos de la universidad la mayoría de los estudiantes hablan de la fiesta de anoche, de la cual Helen y Matt eran los anfitriones. Antes de que comenzara mi primera clase me dirijo hacia la cafetería y corro con la suerte de encontrarme solo a Matt en una de las mesas del fondo. Sin prisa camino hasta esta y me siento en una silla delante de él.
—Corazón...—interrumpo lo que sea que quiera decir.
—¿Por qué? —sigo cada uno de sus movimientos hasta que decide dejar de mirar para todos lados y me mira a mí.
—Helen hablará con su padre.
Esa no era la respuesta...
—¿Desde cuándo? —cuestiono.
—¿Desde cuándo qué?
—¿Desde cuándo me estás viendo la cara de estúpida? —espero su respuesta, pero nunca llega. Lo observo jalar su cabello castaño oscuro, no me responderá— ¿Recuerdas lo que me dijiste cuando conociste a mi madre?
Asiente.
—Te juro por mi vida, amor qué prefiero morir antes que romperte el corazón —digo exactamente sus palabras y ante el recuerdo una sonrisa triste se dibuja en mi rostro. Su respuesta es bajar la mirada—. Lo rompiste Matt, ya lo hiciste.
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Entre Nuestras Sábanas
Fiksi RemajaNo voy a negar que verlo ser la pareja "perfecta" con otra no duele, porque si, lo hace. No merezco esto, lo amo, pero me amo mucho más a mí. Debí de cortar lo nuestro desde que todo este embrollo comenzó, desde que para todos esa era la relación p...