Capítulo 13: Diosa.

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PASADO

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PASADO

Desde aquel incidente y todo lo que vino después, mi padre se volvió muy sobreprotector. Antes de comenzar a trabajar desde casa, Alicia, la madre de Lisa me cuidaba. Él siempre fue puntual a la hora de llevarme e irme a recoger a la escuela; el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena siempre estaba lista a tiempo.

Todo de lunes a viernes se volvió una rutina que Gabriel Peterson llevaba al pie de la letra, los demás días podíamos salir de la rutina. Desde que Isadora se fue, solamente éramos él y yo, cosa que sigue siendo así.

En mi memoria hay muchos momentos que guardo con todo mi corazón, los cuales deseo nunca olvidar; Gabriel dio todo de sí para ser él mejor y es el mejor padre para mí.

Creo que crecí muy rápido porque él dejó de cargarme, me encantaba que lo hiciera porque siempre me ha gustado estar entre sus brazos. Cuando cocinaba conmigo debía estar en una distancia prudencial de la estufa y los cuchillos, mi participación en la cocina se basaba en hacer formas con los alimentos. Un tiempo después, se me permitió ayudar de verdad en la cocina.

Él sabe que me encanta todo lo que prepara, porque se percibe el amor con el cual hace cada comida y eso es muy importante para mí. Él lo es.

En vez de cansarme de su actitud protectora, que a veces, pudo llegar a ser un poco con demasiado, se lo agradezco, porque su amor, protección y compañía nunca me faltaron, él siempre sabe qué decir, sus consejos son los mejores.

Gabriel estuvo conmigo en todo momento, siempre preparándome para las cosas que los años me traerían; a los once, me habló sobre que pronto tendría mi primer periodo y la responsabilidad que conlleva, a los doce, llegó.

Siempre tenía cólicos, el mal humor en esos días era mi segundo nombre y a cada segundo tenía hambre. Gabriel se involucró de lleno, una semana antes de que mi periodo llegara—siempre he sido regular—él se encargaba de que el refrigerador y la despensa siempre estuvieran llenos, hasta el punto de excederse y justificarlo con un ''es por si acaso, nunca se sabe.'' Y hacía lo mismo cuando compraba las toallas femeninas hasta que me cansé.

Un día le dije que ya podía hacerme cargo de mí misma en esos temas.

Él prácticamente dejó su vida de lado por atenderme únicamente a mí, llegó a descuidarse porque según él, yo era lo más importante, pero él debía de entender que él era lo más importante para mi, ambos debiamos cuidarnos.

Ahora todo es recíproco, ya no es "Gabriel cuida a Isis" sino que ambos nos cuidamos. Ese cambio ha sido lo mejor.

...

Actualmente los cólicos están cesando, gracias a los analgésicos. Tengo hambre y mi humor no es tan perfecto que digamos. Sin ánimos salgo de mi cama y me voy hacia la cocina en busca de algo rápido para comer, hago un sándwich y tomo un poco de jugo de manzana.  

Entre Nuestras SábanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora