Capitulo 36.

747 29 0
                                        


-No tengo nada que ponerme.- Dije enrollando por ultima vez mi tenedor en el spaguetti.

Lana fue a dejar su plato al fregadero.- Si, si tienes. Es cuestion de que te decidas.

Me acabe mi spaguetti y lleve mi traste al fregadero.- Ve mi cara, traigo unas ojeras gigantes, y no tengo ganas de darme una ducha ahorita, solo quiero dormir.- Me recargue en el fregadero.

Lana se fue a su cuarto. A los pocos minutos volvio con una caja de maquillaje, en la otra mano traia un set de brochas para la cara, tenia de todos los tamaños.

-Para mi no hay imposibles.- Sonrio maliciosamente.

(***)

-No quiero.- Dije tirandome a la cama.

-Oh vamos.- Dijo Lana tomando mi mano y jalandola.- Solo es un baño. Conoceras a tus suegros. Ya esta la tina llena.

-Aaagh.- Solte un bufido desde mis adentros. Sono aterrador.

-Muy bien, buena chica, tu solo coopera.- Lana me levanto de la cama.- Metete a bañar, me quedare aqui.

-Bañame.- Le extendi los brazos.- Eres como mi hermana, no hay nada de malo.

-No, si la que ira a la casa de sus suegros serás tu no yo. Vamos, solo es un baño, no es algo del otro mundo.- Me dijo descolgando mi toalla de atrás de mi puerta y lanzandomela en la cara.

Yo entre al baño de mala gana y me quite la ropa, colgué la toalla en un ganchito y me metí en la tina.

Dios mío, el agua estaba calientita, no pude evitar soltar un suspiro. Estaba esperando esto desde mucho. Un momento de relajación profunda. Si, se sentía bien.

Cerré mis ojos y me deje llevar por el placer.

(***)

-¡Christian!.- Lana me dio una cachetada.

-¿Que te pasa?.- Intente pararme pero lo único que logre fue tirar agua de la tina.

-Acabas de mojar mis zapatos.- Me dijo Lana en un hilo de voz.

-Lana...

-Solo salte. CON CUIDADO.- Me dijo dandome mi toalla.- ¿Te lavaste el cabello?

-Si.- No.

-Bien. Salte ya. Te puse un vestido en la cama. Como solo tienes uno y ese ya te lo vio Daniel te puse uno mio, espero y te quede, es algo... bueno, velo por tus propios ojos.

-Okay.

-Bien.- Y salio del baño.

Me pare y me enrolle en la toalla que me había dado Lana. Tome otra toalla para enredarme el cabello. Eso hice.

Al salir Lana me estaba esperando sentada en el marco ancho de mi ventana. En la cama estaba extendido el vestido que Lana "cordialmente" me habia prestado.

-Ahora veo a lo que te refieres...- Susurre.

-Exacto.- Ella sonrio triunfante.

El vestido no era mas que un trozo de tela, era algo... bueno, muy corto. Era negro con tela de encaje, la verdad estaba muy hermoso pero, si, estaba algo corto.

-A mi me queda bien de largo...

-Ten en cuenta que mido 15 centimetros mas que tu...

-Pontelo a ver como se te ve.- Me dijo.

-Esta bien, me voy a cambiar.- Le dije a Lana tomando mis lentes de mi buró y poniendomelos.

-Lo sé.- Dijo ella.

-Sal.

-No. Solo cambiate, aun necesito peinarte y solo falta una hora.

-Pero...

-¡Ponte ese vestido! ¡Ya!.- Me grito.

Yo, tímidamente, saque un brassier y unas bragas de mi cajón y me las puse.

Tome delicadamente el vestido y lo puse por arriba.

-No se te ve tan corto.- Me dijo.

Que si no. Un poco de maquillaje y podria ser Shirley 2.

-Ven.- Dijo Lana y se acerco a mi.

Yo me quede parada. Ella subio el cierre del vestido.- Eres la mas bonita.- Dijo.

-La mas bonita y la mas gorda.- Remate. Aparte de que me quedaba corto mis piernas se veian gordisimas.

-No estas gorda, Christian. Entiendelo.

-¿Me peinas?.- Esquive lo que ella dijo.

-Sientate.- Me indico, yo me sente en la silla frente a mi tocador. Ella comenzo a cepillar mi cabello.

-¿Crees que... que Daniel me quiera de verdad?.- Le pregunte.

-¿Es en serio esa pregunta?

-Pues... Si.

-Creo que estas ciega.- Dijo.- El te ama mas que a su propia vida. Haría todo por ti. Murió por ti ¿Recuerdas?.- Dijo tomando un mechon de cabello que me caia por la cara.

-Si. No sé que haría si lo perdiera.- Le dije.

-Probablemente volverias a ser la mas amargada.- Dijo. Yo solo sentia movimiento en mi cabeza.

-Hey. Yo no era amargada.- Reclame.

-Noooo, para nada.- Dijo sarcasticamente.

-¿Que estas haciendo?.- Pregunte.

-Ya acabe.- Dijo soltando un pequeño mechon del lado derecho que callo en un lindo cairel.

-¿Y que hiciste?.- Pregunte.

-Una trenza de pescado, no es muy elaborada pero, nose, hoy se te ve especialmente bien.

-¿Tu crees?.- Pregunte.

-¿Te pido un favor?.- Me pregunto dirigiéndose a la puerta.

-Si.

-Deja tu inseguridad aqui, porfavor.- Me dijo y cerro la puerta tras ella.

Me vi al espejo "Soy bonita." "Soy bonita" dije repetidas veces pero no me lo crei.

Me puse perfume y desodorante. Tome mi labial rojo y me puse en los labios. Despues tome mi celular y lo guarde en un pequeño bolso lo cual era raro porque yo jamás he usado un bolso.

Me puse unos zapatos de tacon color negros y sali a la sala.

-Me llevare mi auto.- Grite al ver que Lana no estaba en la sala de estar.

-¡Cuídate! ¡No hagas algo de lo que te vayas a arrepentir!.- Grito desde su pieza.

-Prometo regresar virgen.- Dije.

-Mas te vale.- Me respondio.

Tome las llaves de mi auto, que estaban colgadas y sali.

Afuera del edificio hacia mucho frio. Me reprendi internamente por no haber traido sueter. Presione el boton en las llaves y mi auto llego a mi.

Subi a el, coloque el pequeño bolso en el asiento del copiloto y acelere.

Iba camino a la casa de Daniel cuando tuve algo asi como una vision. Delante de mi auto aparecieron Daniel y Jennifer besandose. Automaticamente derrape y quede en perpendicular a la calle.

Prohibido EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora