Capitulo 60.

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Había pasado tres semáforos ya, mis ojos dolían de tanto llorar, mientras mis pensamientos se concentraban en hacerme sentir cada vez mas mal, el recuerdo de la noche anterior con Daniel apareció, tuvo un cambio de humor bastante repentino, apenas llego el libro a nuestras manos comenzó a actuar de una manera fría, cruel... Como si alguien lo hubiera poseído, ese no era Daniel.

Frene de golpe ante un alto que me tomo por sorpresa por lo que estaba pensando. Rápidamente tome mi celular y marque el teléfono de Tyler.

Buzón automático.

Creí que tal vez lo había escrito mal, intente dos, tres, cuatro veces más y nada, la única persona que me podía ayudar en estos momentos no aparecía.

Seguí mi camino, al llegar a mi edificio baje del auto y presione el pequeño botón rojo para que este fuera a estacionarse solo. Me adentre y comencé a subir las escaleras, pareciera que iba en automático, tenia tantas cosas en la mente que no podía concentrarme en cosas tan básicas como levantar una pierna y luego la otra para subir las escaleras, solo lo hacia. En automático.

Gire la perilla de mi apartamento y entré, todo estaba igual que como lo habíamos dejado Lana y yo esta mañana, el té que Jennifer no se había terminado seguía en la mesita de la sala de estar. Camine hasta mi cuarto y entré, no pude evitar sentir una oleada de tristeza al introducirme a este lugar donde ayer había tenido fin la mejor historia de mi vida.

El libro se encontraba sobre mi cama, me acerque y lo tome entre mis manos acto seguido camine y me senté en una silla que tenia cerca de mi tocador, abrí el libro y busque la pagina 62.

Lo que encontré me dio escalofríos.

Pero lo malo no estaba en la pagina antes mencionada, si no en una anterior. La pagina 61 era encabezada por el siguiente titulo.

"Claves y conjuros para acabar con Los Absolutos"

Había muchas cosas que no entendía en este momento. ¿Por qué un libro de la legión tendría un apartado para acabar con si mismos? ¿Por qué no había nada que pudiera ayudarme en la pagina 62?

La pagina 61 estaba casi intacta, exceptuando que el final de la hoja estaba arrancado, justo después de la leyenda "Conjuro" ¿Como no pude ver eso antes? Ahora Aspen tiene en sus manos el conjuro para acabar conmigo de una vez por todas. Comencé a tener una crisis de pánico, lance el libro a la cama y me eche a llorar frente al espejo del tocador, tome mi celular y volví a marcar el numero de Tyler. Otra vez buzón de voz.

Sentí una corriente de aire que entro por la ventana, me acerque a ella y la cerré con brusquedad, al girarme vi el libro, un rayito de luz que entraba daba justo a una pagina de este, la pagina 62. Logre ver que había ciertas palabras encerradas con lápiz muy tenue, por eso no las había logrado ver. Camine al libro y comencé a leer la frase que se formaba.

Ahogue un grito.

***

(Esa mañana)

El sol luchaba con las nubes por salir, pero estas predominaban en esa mañana de Martes, el eco de los pasos de el hombre que caminaba por la acera se escuchaba por toda la calle, entonces llegó a su destino.

Subió las pequeñas escaleras del porche y toco el timbre.

-¿Qué haces tu aquí?.- Salto Tyler a la defensiva con el celular en la mano, había acabado apenas una llamada con la contraparte de el señor que lo visitaba.

-Solo quiero hablar, Castellan.- Murmuró el, no abría mucho la boca pero aun así su aliento apestaba a alcohol.

Tyler dudo un poco antes de dejar pasar a ese hombre a su casa.

-Bien, ¿de qué quieres hablar?

Aspen tomo asiento en una silla del comedor, después Tyler también se sentó.- La última vez que nos vimos fuiste mas amable.- Dijo Aspen con un toque de burla.

-La última vez que nos vimos no sabia el hijo de puta que eras. ¿Qué quieres?.- Tyler comenzaba a enervarse.

Aspen soltó aire por la boca.- Quiero que me ayudes en la fiesta de mi hija esta noche.

Tyler se quedo desconcertado.

-Sí, aun necesitamos el payaso.-

-Okay, vete de mi casa.- Tyler se paro de su asiento.

-Oh, ¿No me vas a ayudar esta vez?- Dijo Aspen aun en su asiento, tranquilo.

-No, tengo mejores cosas que hacer.

-¿Como honrar a tu esposa muerta?-Aspen sabia cual era el talón de Aquiles de Tyler.

-Suficiente.- Tyler camino hacia la puerta de su casa, dándole la espalda a su comedor, probablemente ese haya sido el peor error que pudo cometer. Aspen saco una pistola de su pantalón y la dirigió hacia Tyler, cuando este se volteo hacia el comedor, sus ojos se abrieron como platos y levantó las manos.- A... Aspen, baja el arma.

-¿Pero, por qué? Te dije que me ayudarías a mi plan.

-Hare lo que quieras, te... te ayudare a quitarle sus dones a Christian, por favor, no me mates.-Tyler suplicó-

-No lo has entendido, Castellan, no necesito ayuda con Christian, ella ya esta cubierta, te necesito a ti.

-¿Que es lo que necesitas?

Aspen se levanto de su silla y dio unos cuantos pasos hasta Tyler.- Necesito matarte, crear pánico y hacer que los Castellan se vayan de esta ciudad.

-¡Puedo convencerlos!- Insistía Tyler, no quería morir, ni ahí ni en ese momento.

-Sí, podrías...

Tyler soltó un suspiro de alivio.

-Pero no sería tan divertido.- Concluyó Aspen, cargo el arma y disparo, la bala silenciosa se encontró con el pecho de Tyler, no se escuchó nada.

Lo ultimo que se oyó fue el cuerpo casi sin vida de Tyler Castellan chocar con el suelo. Aspen coloco sus manos sobre el pecho de Tyler, manchándose de sangre de este ultimo.

Acto seguido Aspen abandono la casa, sin decir nada.

Una hora después de ese asesinato el timbre de una casa grande y lujosa resonó en su calle, el hombre que lo tocó no paraba de llorar. A su encuentro salió una mujer bien vestida, la cual se sorprendió por quien estaba del otro lado de la puerta.

-¿Le puedo ayudar en algo?.- Después de decir eso la mujer se fijo en las manos ensangrentadas que poseía el hombre.

-¿Familia Castellan?

-S... Sí. ¿Que necesita?

-Mi más sentido pésame- La voz del hombre se corto.

-¿A qué se refiere?- A su extraña charla se unió el esposo de la señora.

-Vi salir a la asesina de su hermano de su propia casa, traía consigo una pistola, la traía empuñada, llegue tarde, desgraciadamente, no pude hacer nada, perdón.

-¿Mi hermano?.- Pregunto desconcertada la señora Castellan.

-Tyler.- Se limito a decir el señor Castellan.- ¿Conoce usted a la joven? ¿Puede decirnos algo más?

-No, señor, solo vi que tenia un tatuaje en un dedo, mi recomendación seria que se fueran de la ciudad, la mujer se veía con intensiones de seguir hiriendo a su familia.

-Daniel.- Murmuro la señora.- Le agradecemos esta información, amable hombre. ¿Necesita agua?

-No, muchas gracias, tengo que irme ahora.

Entonces los Castellan cerraron la puerta y Aspen camino lejos de la casa, secándose las falsas lagrimas y sonriendo de oreja a oreja.

Había logrado su cometido, había matado a dos pájaros de un tiro.

Prohibido EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora