Martes/ 7.00p.m
Todo lo malo parecía haberse evaporado del ambiente, Christian y Daniel volvían a estar juntos... o al menos eso es lo que se veía en sus rostros y sus manos entrelazadas.
-Aún te da tiempo para ir a la fiesta de Shirley, ese es tu paso final, sé que puedes acabar con esto de una vez, Christian.- Dijo Daniel mientras iban de camino al edificio sobre el auto de ella.
-Sí, eso creo, Aspen tiene que caer esta noche, es suficiente de sus atrocidades, y, Daniel, te prometo que haré todo lo que esté en mis manos para recuperar tus dones...-Christian no apartaba la vista del camino, sin embargo, estiro una de sus manos cerca de la pierna de Daniel, estaba oscureciendo y ella tenía un peculiar miedo de manejar por las noches.
-Sé que lo harás, lo haremos...
Christian no dejo terminar a Daniel.
-No, Daniel, tú ya has peleado mucho a mi lado, es momento que tome las riendas de esto, como tu antes dijiste, es mi batalla, y...- Antes de terminar de hablar, al entrar a la calle del edificio, pensamientos varios inundaron la mente de Christian, no estaba viendo su mirada ni mucho menos la mirada de otra persona, ella vio a Aspen con el don de Mateo en el, con Lana tirada en el suelo, y todos mirando fijamente a la chica Difaglio, todos sabían su secreto, y sabían del asesinato de un miembro de la familia Castelan, muchas luces, muchas voces, y a lo lejos, dos personas con sus labios peligrosamente cerca.
El cabello rubio de la chica en cuestión hizo que Christian frenara el carro en seco. Y la identidad del chico de igual manera la saco de su tranquilidad.
-¡Christian! ¿Qué sucede? ¿Estás bien?.
Christian no podía hablar después de lo que había visto, ella era capaz de ver el futuro y el futuro en la fiesta no se veía prometedor, volteó a ver lentamente a Daniel, con los ojos cristalizados por las lagrimas amenazando con salir.
-Dime algo, pequeña Difaglio...
-Perdón, yo... tuve una visión... respecto a la fiesta, no estoy segura de que debamos ir, podemos enfrentar a Aspen en otra situación, hacer un plan...-Christian volvió su vista al camino, echando a andar el auto aún atónita, necesitaba llegar a su casa y ver a Lana, asegurarse que estuviese bien, algo estaba pasando y no era bueno.
-Chris, tenemos que tomar esta oportunidad...
-¿Por qué es tan importante para ti que vayamos a esa fiesta, Daniel?- Contestó Christian un tanto enervada, habían llegado a su edificio, esta última se bajó del auto y camino a la banqueta, Daniel siguió sus movimientos, Christian apretó el botón rojo en sus llaves y el auto se fue.
Aún no recibía respuesta de Daniel ante su cuestionamiento.
Ambos entraron al edificio, en silencio, un silencio que cada vez alteraba más la tranquilidad de Christian, por su mente estaban pasando muchas cosas, una más extraña que la otra, y ninguna cobraba sentido con lo que estaba pasando.
*Narra Christian*
En la fiesta Daniel y Shirley se besarían, y Lana... no puedo dejar que me acompañen, necesito hacerlo sola, aunque aún no sé como lo voy a hacer, solo sé que quiero proteger a mi mejor amiga y al niño de mis ojos... así el sea feliz con otra persona.
Llegamos al departamento, metí la llave para abrir y mis manos temblaban, deseo ver a Lana haciéndose un maquillaje fabuloso, o cocinando la cena, o simplemente estando allí. La puerta se abrió y la sala de estar estaba apagada, la mesa limpia, todo estaba como lo dejé cuando fui a buscar a Daniel.
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Prohibido Enamorarse
Teen FictionChristian Difaglio, hija de una pareja millonaria con franquicias bancarias en todo el mundo, es una joven normal, con una inteligencia muy grande pero sin el amor de sus padres fallecidos cuando ella acababa de cumplir los 12 años. Un suceso en l...