Harry estaba en la Madriguera, la familia de pelirrojos junto a él y todos los alumnos, estuvieron veraneando en la reconstrucción de Hogwarts y ahora solo quedaba una semana de descanso antes de entrar a las clases.
Fred no había muerto de milagro, así que George se pasaba el día detrás de él, era como su sombra y cualquiera podría notarlo con un simple vistazo, George había pasado demasiado miedo al ver a Fred en aquellas circunstancias.
En cuanto a Ron y Hermione... Bueno, lo suyo no era amor, los dos se pusieron de acuerdo en que no eran el uno para el otro, así que simplemente decidieron quedar como amigos, como buenos amigos que habían sido desde el primer año en Hogwarts.
Hermione lo había pasado muy mal, había estado intentando devolverle la memoria a sus padres en San Musgo. Después de habérsela arrebatado anteriormente, para que no sufrieran si le ocurría algo en la guerra con Voldemort. Consiguió devolverles la memoria, pero tardó lo mismo que todo Hogwarts en reconstruirse.
Por otro lado, Ron tenía una enorme cicatriz en toda la espalda y estaba tan acomplejado de ella, que era imposible verlo sin camiseta. Le había dolido muchísimo la pérdida de Remus, puesto que aquel hombre le había lustrado mucho aprecio y lo había pasado tan mal como George cuando Fred casi muere.
Y Harry... Harry se pasaba el día observando el recuerdo de Severus dentro de un pequeño frasco de cristal. No podía sacárselo de la cabeza, se había obsesionado e iba a ser muy difícil olvidarse de él. Sobre todo, cuando el peli negro había hecho tantas cosas para salvarle la vida.
—
El trío de oro y Ginny llevaban las maletas para dirigirse al andén nueve y tres cuartos. La familia Weasley los acompañaba: Fred, George, Percy, Arthur y Molly. Charlie y Bill no estaban, así que no podían acompañarles.
Hermione estaba ansiosa por volver a Hogwarts e iba saltando por todo el lugar con una sonrisa y su pelo castaño aleteando. Por otro lado, Ron estaba ansioso por ver cómo había quedado Hogwarts nuevamente y Harry...Harry simplemente estaba ahí.
—Chicos, gastad cuidado —dijo Molly con una sonrisa—. Os quiero —terminó la mujer.
Los cuatro se subieron al vagón, observando a George abrazado a Fred como una lapa, mientras este se despedía con una sonrisa.
—Pues ya estamos aquí de vuelta —dijo Ron, sentándose en en un asiento—. Iré a ver a Ginny antes —dijo seguidamente, y se levantó para salir del compartimento.
—Ginny, Ginny —iba diciendo Ron mientras pasaba por el tren—, Ginny—observó dentro y se sorprendió—Nop, este es Malfoy —se giró para irse, pero Draco lo detuvo cogiendo su túnica.
—Siéntate Weasley —le dijo el rubio.
Ron se giró sorprendido y empezó a pestañear mientras veía a Draco enrojecerse. Sus mejillas parecían un volcán rosa.
—E-está bien —tartamudeó enrojeciéndose él.
El rubio le salvó el día en el que Voldemort asaltó a Hogwarts, si no fuese por él, quizás estaría muerto. Dio su vida para salvar al pelirrojo y desde entonces, la relación entre Ron y Hermione se fue a pique. Ron empezaba a sentir algo demasiado extraño por el rubio.
—Gracias por haberme salvado aquel día —rompió el silencio Ron.
Aún no había tenido la oportunidad de agradecer a Draco por aquello y como Malfoy había desaparecido tan rápido, pensó que quizás no volvería a Hogwarts el año que viene.
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SNARRY-el fantasma del que me enamoré
Fanfiction"𝐿𝐴 𝑀𝑈𝐸𝑅𝑇𝐸 𝑃𝑈𝐸𝐷𝐸 𝑆𝐸𝑅 𝐸𝐿 𝑉𝐸𝑁𝐸𝑁𝑂 𝑀𝐴́𝑆 𝐷𝑂𝐿𝑂𝑅𝑂𝑆𝑂 𝑃𝐴𝑅𝐴 𝐿𝑂𝑆 𝑄𝑈𝐸 𝑌𝐴𝐶𝐸𝑁 𝐸𝑁 𝑉𝐼𝐷𝐴." Harry pensaba que no levantaría cabeza. La muerte de Severus había sido un fue...