21º H & S

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Severus y Harry llevaban dos meses de relación. Todo parecía ir bien. Todo estaba saliendo, por primera vez en la vida, bien para Harry.

Y no era momento de que ocurriesen problemas, pero parecía que nada de Harry estaba bien. Su vista se estaba debilitando, cada vez veía menos, y tenía miedo de decirlo, miedo de convertirse ÉL en el verdadero problema de todo.

—•—

—Harry... No está ahí —dijo Ron, señalando el lugar donde se encontraba el libro que Harry estaba buscando.

—Ya lo sé Ron, estaba tratando de hacerte una broma —dijo con una sonrisa, aunque la vista se le estaba nublando demasiado.

Cogió el borrón negro y comenzó a caminar por la habitación, chocando accidentalmente con la puerta, antes de abrirla y agarrarse a la barandilla para no caerse escaleras abajo.

La vista volvió a su lugar en segundos. Caminó normalmente hasta llegar a la habitación de Severus y cuando vio el libro, resopló. La cubierta era de color negro, en eso no había fallado, pero era un libro de Pociones, no de Defensa Contra las Artes Oscuras, como él había querido coger.

Aunque ¿que más daba? Si total, solo quería leer para pasar el rato, mientras esperaba que la reunión del equipo docente finalizara.

Se sentó en el sillón y comenzó a leer, aunque de vez en cuando, todo se volvía borroso y tenía que parar para poder centrar la vista y comenzar nuevamente a leer.

—¿Harry? ¿No tienes demasiado cerca el libro? —preguntó Severus, entrando en la habitación.

—Aahhh... Es que no entendía una cosa —dijo sonriendo—. Pero ya está —dijo un poco alertado.

El peli negro lo miró extrañado, pero no le dio demasiada atención a la extraña manera de reaccionar que había tenido Harry.

—¿Has esperado demasiado? —preguntó Severus, mientras comenzaba ha quitarse la túnica negra que llevaba.

—N-No, estaba con Ron y después me he venido aquí. Así que te habré esperado una hora aproximadamente —dijo Harry, levantándose del sillón y dirigiéndose donde estaba Severus para acariciarle la espalda con las manos y los labios.

Severus se giró repentinamente, agarrando las muñecas de Harry y lanzándose a su boca salvajemente para besarle. Sin saber cómo, Harry terminó en la cama y Severus continuaba besándolo.

—Harry... Abre los ojos, quiero verte —pidió Severus, cuando dejó de besarle para admirarle.

Harry hizo caso, separó los párpados y nada, no veía nada.

—¿Harry? —preguntó Severus, por que Harry estaba hiperventilando.

Harry trató de observar algo, pero la oscuridad reinaba y no había manera de eliminarla, ni abriendo, ni cerrando los ojos.

—¿Harry? —volvió a preguntar Severus, y Harry miró en la dirección desde donde provenía la voz.

—N-No v-veo —dijo Harry, comenzando a sollozar y a temblar por el miedo.

—Relájate Harry... ¿Desde cuando te ocurre? —preguntó Severus con tranquilidad, acariciando sus mejillas con dulzura.

—D-desde el l-lunes —dijo Harry, y Severus lo miró extrañado.

—¿Qué hiciste en clase? —preguntó Severus, quitándole las gafas a Harry para admirar sus ojos esmeralda.

—P-pues primero hubo clase de Defensa Contra las Artes Oscuras —comenzó a explicar nerviosamente Harry— E hicimos explicaciones de vampiros. Después hubo clase de pociones, he hicimos la poción de "pellis" para eliminar manchas de la piel —continuó explicando Harry.

—Espera. ¿Oliste la poción? —preguntó Severus, y Harry se quedó pensativo.

—Sí. Olía muy bien, como a limón —dijo Harry, sin entender a lo que se refería.

—Lo sabía. Si te hubieses quedado ciego, tus ojos no serían de color esmeralda y continúan con su color. Simplemente son los efectos secundarios de la poción al olerla. Solo tienes que ir a la enfermería y Madame Pomfrey te eliminará la ceguera —dijo Severus con una sonrisa, que Harry no pudo ver.

—Menos mal. Llevaba toda la semana con los ojos borrosos. Pensaba que me quedaría ciego y no quería más problemas —dijo Harry, tocando a su alrededor en busca de Severus, y cuando tocó su mano, la agarró.

—Vayamos ahora a la enfermería —dijo Severus.

Severus acompañó a Harry hasta la enfermería y Pomfrey, después de darle una charla a Harry sobre lo de siempre, heridas, hasta cuidado ect... .

Cuando terminó de aplicar la pomada, le colocó una venda alrededor de los ojos y le dijo que podía volver a la habitación de Severus. Que solo tenía que tener puestas las vendas durante dos horas y quitarlas.

Y ahí estaban... Severus y Harry en la cama, justo después de esas dos horas. Harry podía sentir su cuerpo temblar, ¿Y si no había sido la poción que? Es lo primero que pasó por su cabeza, pero ya no podía tirarse hacia atrás.

—Bien, cuando te las quite, aún no abras los ojos, se te habrán quedado pegadas las pestañas, te las acariciaré con las yemas hasta que se despeguen —y así ocurrió, Severus le quitó las venda y comenzó a acariciar los párpados cerrados de Harry.

Cuando terminó, Harry abrió los ojos. El sol ya se había ido y la luz que había era tenue, así que no le costaba enfocar. En apenas unos segundos, su vista volvió a ser lo que era y se colocó las gafas.

—¡Menos mal! Tenía miedo, Dios... —dijo Harry con la voz temblorosa y esbozó una sonrisa que fue acompañada con una de Severus.

—Siempre tan dramático —río Severus—. Aunque estaría contigo sin esos ojos esmeralda de la misma manera —dijo Severus, acariciando su cara con dulzura y se acercó para besar sus labios.

SNARRY-el fantasma del que me enamoré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora