Había cerrado los ojos y me había dejado ir en el silencio y la tranquilidad que sentía. Recordé cada minuto en el parque con ambos, recordando cada risa, cada sonido, cada palabra de los dos, cada mirada que pude capturar, cada pequeña conversación que tuvieron, lo quería guardar todo, porque deseaba que ambos se llevaran bien: sabía que Harry estaba dispuesto a todo para que ella lo aceptara y sabía que a Lizzie le agradaba, pero de ahí a que ambos se adaptaran sería complicado, serían pasos de bebés para que mi hija estuviera cómoda con toda la situación y no sólo con él, porque no sólo quería escuchar de ella que sí, que si le caía bien y todo eso que ya había dicho, sino quería verlo con mis propios ojos que así era, asegurarme que nada le afectaba.
Tampoco podía quitarme de la cabeza el último momento en el parque antes de buscar un callejón para desaparecer, tampoco podía negar que había sentido una especie de alegría y dolor al ver a Harry levantar a Lizzie. Por un segundo había dejado de verlo a él, a Harry, viendo a Anthony levantando a su hija, ver los brazos de Lizzie rodeándolo por el cuello, acomodando su cabeza en su hombro, mirar a Harry sostenerla con la fuerza y la delicadeza perfecta, acomodando aquellos rizos que a veces ni siquiera te dejaban ver por donde pisar para no caer, ver su mano masajeando su espalda para que se durmiera.
Había sido una estampa preciosa y triste, pues pude ver en Lizzie la falta que le hacía hacer ese tipo de cosas, esa acción de levantar los brazos y que alguien la tomara sin dudar, pues aunque Draco siempre la esté cargando, aunque Theo y Blaise le den vuelta por todos lados, había sido tan diferente, pues pude ver en ella confianza, aquella debilidad de su parte para simplemente dejarse caer y dormir como si nada malo pasara, apretando sus brazos a su cuello y suspirando satisfecha. Algo que siempre hacía con Anthony, simplemente levantar los brazos con los ojos casi cerrados, sabiendo que él la levantaría sin dudar.
Quizá no habría mucho trabajo que hacer para asegurarme que los dos estarían bien en esta etapa, pero no podría quitar el dedo del renglón hasta estar segura.
Después de esa salida, vinieron más, todas ideadas por Harry ya fueran los sábados o los domingos, Lizzie aceptaba siempre encantada cada plan para mi mayor desconcierto, pues, aunque el acuario me había gustado y la plaza fue aceptable sino fuera por toda esa gente aglomerada en un mismo sitio, haciendo que no pudiera estar tranquila en ningún momento por temor a perder a Lizzie; no podía decir los mismo del parque de diversiones. Eso había sido entrar en una especie de manicomio y recordé porque siempre le decía a Anthony que no llevaríamos a Lizzie hasta que tuviera la edad suficiente, claro que ya estaba lista para eso, además de que ella, había visto los miles de panfletos sobre el Londres Paramount Entertainment Resort por todos lados en la plaza que fue imposible que no se entusiasmara, haciendo que Harry prometiera llevarla.
—Mi hija te está manipulando y tú te dejas —le dije a Harry cuando Lizzie salió corriendo a la fuente de la plaza.
—Tiene todo mi permiso de hacerlo, igual que su madre —contestó él, guiñándome un ojo, haciéndome sonreír de manera inmediata. No entendía cómo es que siempre salía con aquellas frases tan endemoniadamente encantadoras.
—Eres todo un caso, Potter.
—Tú también puedes pedirme lo que quieras y diré que sí —dijo de manera coqueta, mientras se acercaba demasiado.
Sonreí ladinamente y coloqué una mano en su pecho, después de darle un vistazo a Lizzie, esperando que no estuviera jugando con el agua, pero ella sólo estaba ahí, viendo los chorros de agua salir del suelo hasta alcanzar una gran altura.
—Te aseguro que esas palabras tendrás que cumplirlas, ahorita no se me ocurre nada grande, pero te prometo que lo haré —sonreí antes de levantarme un poco y besar la comisura de sus labios con extrema lentitud.
![](https://img.wattpad.com/cover/161655756-288-k869223.jpg)
YOU ARE READING
La promesa | Hansy
RomanceLas promesas son valiosas, aunque existen algunas que no se pueden cumplir, simplemente porque no sería correcto hacerlo. Pero existen otras qué a pesar del tiempo transcurrido y las circunstancias, merecen una oportunidad de hacerse realidad.