Jack pasó su vista enteramente sobre ella. El calor de su cuerpo tan peligrosamente cerca podía con él. Era el magnetismo de su atracción podía ser totalmente su perdición. Ella podía ser su fin.
La rubia platinada alzó su mano hasta dejarla suavemente en su rostro, acariciando sus mejillas con los dedos. Se encontraba fascinaba del color que tomaban su rostro. Sonrió discretamente, complacida de provocarle ese nerviosismo que lo ruborizaba.
—Ayúdame a descifrarte, Jack —alejó sus dedos del rostro—. ¿Tu rubor es porque excita la idea de poseerme en este mismo instante?, ¿o quizá estás nervioso?
Una profunda risa brotó desde aquel hombre, riendo discretamente hacia ella—. No lo sabrás.
—¿No? —fue ella quien rio esta vez, dando pasos hacia al frente empujándolo a él haciéndolo caer en su silla tras el escritorio, tomó los hombros de Jackson mientras él se acomodaba en la silla, observándola sorprendido como ella se sentaba a horcajadas en sus piernas—. ¿Me permites averiguarlo?
Las manos de Jack se posaron de inmediato en las caderas de aquella peligrosa mujer, su falda estaba muy arriba por su posición; era imposible no desear por un momento tocarla. Deseaba meterse a ese juego de la tentación que ella le brindaba meneándose contra su cuerpo. Su tipo de travesura era impensable, peligrosa por el lugar en el que estaban; un juego al que no se atrevería a jugar con ninguna otra persona y ella no podía ser la excepción.
Maldita sea, él no podía dejar de ver la puerta. Alguien los vería, entrarían y señalarían como dos profesores follaban justo en un salón de clase.
Pero ahí estaba, maldecido por aquel demonio hecho mujer; a punto de rendirse a todas sus perversiones y pecados.
Jackson apretó el cuerpo de aquella mujer con sus brazos rodeando su figura, sus ojos estaban frente a frente compartiendo esa maldita lujuria de la cual parecían encadenados. Deseaba poder tener la suficiente fuerza de voluntad para retirarse, sin embargo, Elsa tenía una magia oscura en su ser que le provocaba querer más de ella. Sin duda era una mujer peligrosa, y jamás había sentido tanto deseo por el peligro hasta ahora.
—Entonces, Jack, ¿quieres jugar?
Tragó; estaba muy nervioso y efectivamente motivado al tenerla ahí demasiado dispuesta.
Elsa lo observó relamerse los labios. Eso realmente le encantaba, con lo mucho que deseaba tener su lengua encima. Su cuerpo le pedía a gritos que fueran las manos de ese hombre que tocaran, ni siquiera podía pensar otra persona con la que apetecía que la tomara. Por lo tanto, cuando él comenzó a subir sus manos por debajo de su ropa, comenzó a apreciar cómo daban rienda suelta a la adrenalina.
—Tomaré eso como un sí.
Fueron los labios los primeros en reencontrar a esos amantes en una lasciva intimidad. Provocando en ambos de nuevo ese choque de sensaciones que se apoderaba de ellos. La pervertida conmoción de realizar algo prohibido, era una poción embriagadora de la cual beber estaba al alcance del roce húmedo de sus labios; cuando sus lenguas sedientas buscaban saciarse en esa oscura posesión libidinosa.
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LOVER
FanfictionCuando la historia se mezcla con el arte, los acontecimientos son impresionantes. Jackson Frost, un profesor de historia muy querido por sus estudiantes en el Instituto Disworks. Padre de su bella niña Adi y esposo de Mérida, una mujer a quien no am...