Cuando la historia se mezcla con el arte, los acontecimientos son impresionantes.
Jackson Frost, un profesor de historia muy querido por sus estudiantes en el Instituto Disworks. Padre de su bella niña Adi y esposo de Mérida, una mujer a quien no am...
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—El Coronel Paul W. Tibbets, fue el piloto encargado de pilotar el bombardero que lanzó la bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945 —contó Jack, tratando de que sonara más como un relato para mantenerlo interesante—. Llamaron a la bomba Little Boy. Este pequeño ataque americano mató a aproximadamente ciento cuarenta mil personas.
Se culpaba a él de que sus alumnos estuvieran perdiendo interés en su clase durante los últimos días. Seguía un poco desanimado, pero está vez se estaba esforzando demasiado para mantener los ojos de sus estudiantes al frente y no abajo.
Uno de los chicos de atrás levanto la mano. Jackson le cedió la palabra esperando que de verdad estuviera poniendo atención.
—Mi abuelo tiene algunos libros de historia, le interesa mucho el tema de la segunda guerra mundial. Él me contó acerca de la bomba lanzada a Nagasaki, ¿si se llamaba Fat man?
El resto de la clase murmuró algunas risas al escuchar aquel nombre tan ridículo.
Jack asintió con una disimulada sonrisa, sintiéndose satisfecho a que aportara algo a su clase—. Sí, después del ataque a Hiroshima lanzaron una bomba de plutonio con ese apodo.
—Tienen nombres muy ridículos.
—Sí, no lo dudo —rio por poco, suspirando tranquilamente—. Pocos días después Japón se rindió, lo que supuso el fin de la segunda guerra mundial.
—Profesor, pero esos lugares actualmente están habitados —alzó la voz otra chica, mirándole sumamente confundida—. ¿Por qué Chernobyl no lo está si es casi lo mismo?
—Ah... —Jack miró hacia el reloj, el cual le indicaba que en pocos minutos acabaría su hora de clara. Decidió contestar rápidamente antes de explicar la siguiente tarea—. Bueno, puede ser porque las bombas Little Boy y Fat man solo poseerían kilogramos de plutonio y uranio, en cambio el reactor de Chernobyl explotó toneladas de combustible nuclear. En fin, eso es tema para otro día. ¡Anoten la tarea!
Como siempre ellos se quejaban en esa parte, pero con los años como docente ya se acostumbraba. Incluso llegaba a disfrutar escucharlos. Sin duda ya estaba pasando su mala racha en clases tediosas, donde ni siquiera él se sentía a gusto impartiéndolas. Y es que los perjudicados serían sus estudiantes, claro que algunos salían muy mal en sus calificaciones y comprendía que recordar fechas y datos era difícil, si él daba las clases aburridas los resultados serían peores. Sin embargo, tener todo el tiempo mantener una actitud positiva en la escuela después de la tensión en su casa; era tarea ardua.
Mérida y él no se dirigían la palabra, después de lo que dijo aquella noche ninguno de los dos estaba dispuesto a discutir la situación. Ella era orgullosa de cuidado, esa noche cuando esas venenosas palabras salieron de la boca de su esposo, le corroía admitir que tenía razón para estar enojado con ella. Pero ese tono tan brusco la ofendió, él no era así, y en esa ocasión ella deseaba hablar tranquilamente; con el Jack al que ella estaba acostumbrada.
