LOVER

Capítulo 4

Curioso

Con poca dificultad decidió con que comida iniciaría el día. Había todo un bufete servido para escoger. Los frutos rojos resaltaban sobre la fila de bocadillos saludables de la mañana. Sin embargo, Elsa no pudo resistir llevar a su plato un par de panqueques de chocolate, con fresas y kiwi servidos a un lado en un pequeño recipiente de porcelana. Y como negarse a un expreso americano caliente servido desde la cafetera.

Ese lugar que había dicho Jack para que pudiesen desayunar estaba repleto de personas que ya pronto debían ir a trabajar, y aseguraba que era la cálida bienvenida de las personas a cargo, de la buena comida y el bajo costo de estas, las que provocaba volver al establecimiento.

El local tenía un aire muy cómodo y familiar, con sus paredes de madera de pino haciendo un olor similar en el ambiente. Retratos de músicos del Jazz y de otros artistas. La luz de la mañana se veía realmente precioso en contraste a la madera.

Jack había pedido nada más huevos revueltos con tocino y pan tostado. Consiguieron sentarse en una mesa junto a una ventana, que no daba el sol pues daba al lado opuesto del establecimiento.

— ¿Y bien? — preguntó Jack bebiendo de su café — ¿Es genial, no?

Elsa tragó embelesada de la esponjosa textura y sabor de su panqueque — Es delicioso — rió con suavidad antes de probar su café — Y es buen lugar, tienes razón.

— Una buena amiga es dueña de este lugar, en cuanto logró abrirlo le fue bastante bien.

— ¿Lo abrió por sus propios medios? — preguntó bastante sorprendida — Vaya, debió ser bastante difícil.

— Lo fue, Tiana lucho mucho para tenerlo, pero ahora es uno de los más visitados por muchos.

Elsa ahora miró el lugar con mucho más respeto que cuando entró. Le inspiró, incluso.

— Entonces, ¿Qué me dices sobre ti? — ajustó su mirada en los ojos del hombre que formuló aquella pregunta.

Se estiró a un lado la esquina de sus labios — Depende de lo que quieras saber.

— ¿Te dedicas únicamente al arte?

— Oh — Elsa proceso su comida antes de contestar — En realidad, sí. Soy maestra en la academia donde egrese y aquí... Mi vida gira en torno al arte. Mucho antes de eso, trabajé como periodista.

Jack enarcó una ceja oscura — ¿Periodista? No te ves como periodista.

— En lo absoluto — rió — Pero debía trabajar y me contrataron como asistente de una mujer que hizo mi vida a cuadros.

— ¿Fue muy malo?

— Solo al principió — sonrió ante el agridulce recuerdo de Gothel siendo su jefa — Ella se convirtió en una buena amiga, después de todo.

— Me imagino que tuviste buena suerte.

En la cabeza de la rubia algo hizo corto circuito al escuchar la palabra Suerte. No sabía si era de la buena o de la mala aquella suerte que muchos aseguraban que ella había tenido. No solo con un aspecto de su vida. No solo con uno tan banal como tener una jefa tan afectiva y comprensiva como lo era Gothel.

Elsa se removió en su asiento, — ¿Tu eres docente de toda la vida? — cuestionó metiendo a su boca un trozo de kiwi y fresa

Él asintió con su cabeza — Básicamente.

— ¿Solo básicamente?

— No es lo que quiero dedicarme toda mi vida — encogió sus hombros — Me gusta enseñar, amo mi trabajo, pero no me veo en esto toda la vida, ¿sabes?