CAPÍTULO DOS

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Me detengo frente a la gruesa corteza de árbol que tapa el agujero donde antes había una puerta y miro hacia todos lados.

Maintenant ―murmuro nerviosa.

Maintenant même ―se escucha desde el otro lado.

Vuelvo a mirar a mi alrededor y el vello de la nuca se me eriza. Están cerca.

La corteza es echada a un lado y una mujer me deja pasar dentro del destartalado autobús. Las ventanas están cubiertas por papel aluminio y gruesas maderas llenas de clavos oxidados. La mitad de los asientos no estaban, pero había una mesa y hasta sillas viejas.

― Preséntate ante el Presidente de la Congregación del Este.

La mujer entrada en años me mira con disgusto y asiente hacia una silla en el fondo del autobús. En ella había un hombre canoso y con sobrepeso que tenía la cara pintada totalmente de negro.

Me abro paso por entre los escasos asientos y cuando llego hasta él me dejo caer de rodillas sin mirarlo a la cara.

― Mi nombre es Kellyanne ―levanto la mirada bruscamente―. Líder del Clan Survivor.

La vorágine se desata a mi alrededor. Las maderas de las ventanas se quiebran y el humo rápidamente invade todo el autobús. Saco un pedazo de vidrio de la cinturilla de mi pantalón y lo clavo en la garganta del Presidente que permanecía estupefacto por la sorpresa.

La sangre me mancha la cara, los brazos y casi todo el cuerpo pero no me importa. Me endurezco, ignoro mis emociones y me olvido de las náuseas. Le doy una patada al cuerpo inerte y me dejo caer en la silla con fuerza.

No puedo derrumbarme.

Pasan los segundos, los minutos y el humo comienza a desvanecerse. El cuerpo ensangrentado de la mujer que me dio paso a la Congregación me saca una media sonrisa.

Estos bastardos inútiles se aprovechaban de los más débiles para garantizar su supervivencia. Los hacían salir a buscar comida y agua sin protección alguna y nunca les había importado si era un niño, un hombre o una mujer. No les importaba la vida de los demás y no querían un cambio en el Ahora.

Pero yo sí, y es por eso que me encargo de eliminar a todos los pequeños idiotas que se creían con el derecho de lucrar con la vida de otras personas.

Yo no era un buen sujeto, no disfrutaba haciéndolo y me afectaba de sobremanera tener que matar a otros seres humanos.

Pero era una Líder, y me había costado mucho serlo.

SURVIVOR: El Mundo de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora