SURVIVOR: El Mundo de las Sombras

CAPÍTULO DIECINUEVE

Somos el resultado de las acciones de alguien más.

Dorian fue creado a partir del dolor de su padre y el amor fue la razón por la que Dortheo lo hizo.

Fue la razón pero no el motivo. ¿Fue el dolor lo que motivó a Dortheo a crear a Dorian? ¿Creyó que un hijo podría reemplazar a Mística y mitigar el dolor de su pérdida?

El Gran Ángel me otorgó una marca para que Dorian me encontrara. ¿Por qué? ¿Soy la razón de algo? ¿El motivo de?

― ¿Hay alguna manera de hablar con el Gran Ángel?

Dorian está sentado en el borde de la cama y tensa los músculos de la espalda al oír mi pregunta pero no se gira para mirarme.

Pongo un brazo bajo mi cabeza y con el otro abrazo las mantas para que no se deslicen. No volví a ponerme el vestido luego de ducharme y él me dejó tener un poco de privacidad al guiarme hasta la habitación de ojos cerrados.

― Lo he intentado ―se encoge de hombros, sus músculos ondulan con el movimiento―. Soy el Dios más poderoso de todos los mundos, debería poder contactarlo.

― ¿Nunca has podido hacerlo? ―me incorporo sobre un codo―. ¿Cómo es que sabes que se lleva a las almas bondadosas pero no has podido hablar con él?

― La presencia del Gran Ángel es difícil de ignorar, Kellyanne.

― ¿Lo sientes?

― Tanto como tú me sientes a mí ―susurra―. Es dueño de todos los Cielos y dueño de nuestras vidas. Nosotros elegimos cómo vivirlas pero él interviene en ellas si cree que es necesario.

― ¿Así como intervino en las nuestras incluso antes de que fuéramos conscientes de ello?

― Dueño y creador de la esencia de la vida ―se gira para mirarme y sus ojos están totalmente negros―. Somos facetas de la vida del Gran Ángel, nos moldea a su antojo.

― Y tú no estás de acuerdo con eso...

― No estoy de acuerdo en que intervenga en nuestras vidas.

Me sobresalto ante el tono de su voz.

― No quieres estar destinado a mí ―afirmo. Se me forma un nudo en la garganta y parpadeo varias veces para contener las lágrimas.

― Quiero tener opciones, Kellyanne ―susurra. Su mano se alza lentamente y me encogo al sentir sus dedos fríos en la mejilla―. Quiero elegir pertenecerte y tú quieres lo mismo.

― Si el Gran Ángel es el creador de todo podría estar escuchándonos justo ahora ―murmuro dejándome acariciar.

― Todos tenemos un punto ciego.

― ¿Conoces su punto ciego entonces? ―afianzo el agarre en las mantas y me siento.

― Nosotros.

― ¿Nosotros qué?

― Hay una leyenda que remonta hacia mil millones de años atrás ―susurra―. Dice de un Gran Creador...

Su voz me envuelve y me transporta a través del tiempo.

El Dueño de toda la vida misma fue la razón por la que yo y ella existimos.

Pero no el motivo.

Existe un punto ciego que ningún creador puede percibir. Y es tan fácil como responder una sencilla pregunta.

¿De dónde vienen los Creadores?

Estuve destinado a ella desde el día de mi nacimiento y ambos existimos para encontrarnos.

¿Cuál es el motivo por el cual existimos?

Los Creadores nunca saben cuál es su misión. Dan vida, manejan los hilos de los mundos y los entretejen a su antojo. Pero no saben porqué lo hacen.

Pero nosotros sí lo sabemos.

Existimos por un Creador pero nuestra esencia no proviene de ellos.

El Amor es la única esencia que no puede ser creada.

Es el núcleo del todo.

El Amor es un círculo que nos envuelve a mí y a ella. Como en todo, hay una parte oscura y una parte clara. Soy la oscuridad que le hace falta y ella es la parte clara que me da luz cuando creo que las tinieblas me consumirán.

El fin del Gran Creador se acerca porque nosotros existimos.

¿Por qué? Nuestra esencia es pura y los Creadores no lo son.

Dejo caer las mantas y me arrodillo en la cama.

― ¿Cómo es que...?

― ¿Cómo es que sé esa historia? ―su mano cae de mi mejilla hasta mi hombro―. El Dios de la Sabiduría es quien se encarga de transmitir la historia a las almas puras.

― Siverius...

― Sólo un eslabón en nuestra historia ―murmura sentándose sobre su pierna derecha y enfrentándome―. Pero nadie sabe qué sucede después de las almas puras.

― ¿Después de que?

Un estallido nos sobresalta e inmediatamente Dorian me toma en brazos.

Dos silbidos se escuchan a lo lejos y él se tensa.

Son mis soldados.

No ignoraron mi Liderazgo.

Me encontraron.