CAPÍTULO VEINTIDÓS

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Los días siguen pasando y cada vez me siento más inquieta. Dorian va y viene pero nunca me deja mucho tiempo sola.

Las palabras de Adrien siguen haciendo eco en mi mente y una parte de mí cree que tiene razón, que aunque todo se vea un poco mejor en el Ahora nuestros familiares y todas las personas que perdimos a causa de las Sombras no volverán.

Es contradictorio que mi atracción por el Dios de las Sombras siga aumentando. Es electrizante estar uno alrededor del otro, la energía que corre entre nosotros es tan poderosa que incluso las Criaturas Oscuras se han mantenido a distancia.

Y es ahí en donde mis emociones confusas entran en juego. ¿Cómo es posible que una Criatura que puede acabar contigo en un segundo tenga miedo de ti?

Es difícil incluso saber qué es lo que debemos hacer Dorian y yo. Él está tan confuso como lo estoy yo, a pesar de comprenderlo un poco más pues es su mundo.

― Te ves hermosa.

― Gracias ―respondo sin darme vuelta.

El leve mecer de los árboles es relajante pero la presencia de Dorian ha puesto todo mi cuerpo en tensión. Se acerca hasta que su pecho toca mi espalda y me abraza.

― Deja de preocuparte por lo que pasará ―murmura sobre mi oído―. Nada de esto es tu culpa.

― ¿Cómo sé que no lo es?

― Tú no pediste que un Ángel te destinara a mí, para empezar ―acaricia mi cintura y un cosquilleo comienza en mi bajo vientre―. Podría haber sido cualquier otra persona.

― Eso no hace que me sienta menos culpable ―me encojo de hombros―. Viniste aquí a buscarme.

― El plan era venir yo solo.

― Creo que tu plan fracasó estrepitosamente.

Su risa grave me toma desprevenida y el corazón se me acelera.

― No puedo controlar mi poder cuando entro en cólera ―sus manos bajan hasta mis caderas y me muerdo el labio inferior para evitar hacer cualquier tipo de sonido―. Mi tío no quería que viniera a buscarte y trató de evitarlo a toda costa. Fue cuando todos los mundos descubrieron el alcance de mi poder. Nunca nadie fue capaz de hacer un portal tan grande y duradero.

― ¿Qué carajos le sucede a tu jodido tío? ―bufo―. Me niego a sentir culpa luego de saber eso, es todo su culpa.

― Esa es la razón por la que las Criaturas Oscuras están aquí ―acaricia el costado de mis piernas y debo aclararme la garganta para disfrazar el gemido que casi se me escapa―. Cuando un Dios de la Oscuridad se enfada las Sombras aprovechan su momento de debilidad para desatar el caos. Me encantaría tener el control absoluto sobre los desastres que causan pero no lo tengo.

― Recuérdame no hacerte enfadar ―susurro.

Sus manos se vuelven un poco más ávidas y me acaricia el costado de los glúteos.

― Kellyanne ―murmura.

― Joder...

Para cuando sus manos alcanzan mis pechos me encuentro totalmente perdida en las sensaciones que sus manos grandes despiertan en mí. Me gira entre sus brazos y yo parezco una muñeca de trapo, totalmente relajada y hasta un poco hipnotizada con su belleza.

Sus ojos azules tienen un poco de dorado y sus pupilas son un diminuto punto negro que se pierde en la profunda mezcla de los brillantes colores. Es increíble la diferencia entre nuestros cuerpos y en nuestras reacciones.

― Es demasiado intenso ―susurro.

Roza mi espalda con sus dedos ásperos y me pega a su cuerpo musculoso.

― Nunca será lo suficientemente intenso.

Toma mi boca en un beso que me derrite de la cabeza a los pies. Me aferro a sus hombros y gimo sobre su boca cuando su lengua se encuentra en un leve roce con la mía.

Cuando sus manos agarran mis caderas firmemente me decido a olvidar todo lo demás y por primera vez en mucho tiempo vivir el momento, vivir el Ahora.

SURVIVOR: El Mundo de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora