CAPÍTULO VEINTE

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Mi fuerza está intacta ahora por lo que cuando logro reaccionar le doy un codazo en las costillas a Dorian, no parece dolerle pero de todas maneras me suelta.

Salgo de la habitación corriendo y me dejo guiar por los años de práctica hasta donde creo provinieron los silbidos. No me doy cuenta que tengo los ojos cerrados hasta que me detengo y los abro.

Me erizo de la cabeza a los pies al ver la horrible criatura que acecha a Adrien.

Tiene la forma de un humano pero su cuerpo está cubierto completamente por escamas de color negro. Tiene lo que parecen espinas en los antebrazos de tamaño decreciente hacia las muñecas y en el lugar donde deberían estar sus orejas no hay nada. No tiene ni un solo pelo y cuando se vuelve para mirarme jadeo de la impresión. Sus ojos son dos óvalos rasgados de color negro brillante recubiertos por espesas pestañas. No tiene cejas, su nariz es tan pequeña que casi pasa desapercibida comparada con los altos pómulos y los labios de un color grisáceo son pequeños.

Jamás he visto a una Criatura Oscura pero es justo así como creo que se verían.

― Adrien ―susurro totalmente consternada.

No me esperaba que vinieran a buscarme y creo que todo está a punto de salir mal porque incluso yo percibo el temblor en sus manos.

Tiene miedo.

Cuando la Criatura vuelve su vista hacia Adrien me estremezco. Va a pasar otra vez. Alguien más va a desaparecer de mi vida ante mis jodidos ojos.

― ¡No!

Ni siquiera era consciente de la presencia de Simone hasta que escucho su grito. Se acerca por detrás de Adrien rápidamente con un enorme facón oxidado.

Es entonces cuando un siseo espeluznante nos paraliza a todos. Sé que es Dorian sin necesidad de darme la vuelta, jamás he escuchado un sonido como ese procediendo de alguna Sombra.

Simone gime y creo que dice mi nombre pero yo solo tengo ojos para la Criatura Oscura en cuclillas frente a mí. Se movió tan rápido que solo fui capaz de captar un borrón negro antes de que se detuviera a un latido de distancia.

― Dejadlos en paz.

La voz de Dorian suena distorsionada pero el matiz dictatorial es alto y claro. El susurro en respuesta de la Criatura Oscura me eriza los vellos de la nuca.

Y es cuando Dorian se acerca hasta que su pecho toca mi espalda desnuda que soy consciente que no traigo nada puesto pero la energía recorriendo mis venas anula cualquier pensamiento que pudiera tener.

Siento como hilos de fuego recorriéndome todo el cuerpo y toda la energía acumulada en mi interior por la cercanía de Dorian sale por mi boca como una cegadora luz brillante.

De lo último que soy consciente antes de desmayarme es de la Criatura Oscura encogida en posición fetal a mis pies.

SURVIVOR: El Mundo de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora