CAPÍTULO DIECISIETE

5 2 0
                                    


Es incómoda la manera en la que Dorian tiene su vista fija en mí y sus ojos parecen cambiar de color de acuerdo a sus emociones.

Vuelvo a repetir la pregunta porque creo que no me ha entendido.

― ¿Puedes hacer que las Sombras se vayan? O Criaturas Oscuras, como sea que se llamen. ¿Eres el Dios de las Sombras o el Dios de la Oscuridad?

Sus cejas se fruncen y el negro absorbe por completo el azul eléctrico de sus iris.

― ¿Por qué debería hacer eso?

Mi boca cae abierta con incredulidad y cruzo los brazos enfadada. Sus ojos caen en la curvatura de mis pechos ahora acentuada por mis brazos y yo me estremezco. No puedo evitar reaccionar a él.

No me he cambiado, no me he aseado pero sigo estando limpia y huelo agradable. No entiendo porqué y no me he atrevido a preguntar quién me puso el vestido. Alguien tuvo que desvestirme, asearme y vestirme. ¿Fue Dorian?

― ¿Por qué consumen humanos?

― No somos caníbales ―frunce más el ceño―. Nos alimentamos del miedo, nos da la energía que necesitamos para mantener nuestra fuerza aquí. El portal ayuda pero no siempre nos da toda la energía que necesitamos.

Mi corazón comienza a latir apresurado.

― ¿Están vivos todos los humanos entonces?

― Algo así.

Su mirada es un azul completo otra vez y parece más tranquilo.

― Explícate.

― Cuando nos alimentamos de su miedo por consecuencia el Gran Ángel se adueña de las almas bondadosas y las demás son atraídas por el portal hasta nuestro mundo.

― ¿Por qué hace eso el Gran Ángel?

― ¿Tienes idea de lo difícil que es conseguir almas bondadosas que manejen el Congreso de los Cielos? Yo no lo culpo.

― Entiendo la escasez de almas bondadosas ―digo―. Pero de todas formas es mezquino.

― Están mejor en los Cielos que aquí en la Tierra ―frunce la nariz―. La contaminación es horrible. Mis Sombras y yo hemos hecho que el planeta tome un respiro de ustedes al detener por completo la producción humana.

― ¿Por qué el Boquete absorbe el resto de las almas?

Dorian tiene razón. Estoy segura de que la cantidad de flora y fauna que hay ahora se debe a que nosotros fuimos empujados a escondernos.

― No son almas puras, son almas malvadas, despreciables y la oscuridad que emana del portal las atrae. Desgraciadamente las almas no pueden vagar sin un cuerpo que las transporte y el Agujero de las Sombras las absorbe.

― ¿Qué hay del infierno?

― No existe tal cosa ―frunce los labios en una mueca exasperada―. Solo existe el Sueño Eterno y el Agujero de las Sombras. Ciertamente esta última se asemeja bastante a lo que ustedes describen como infierno pero no hay algo así como un diablo ni tampoco fuego.

― ¿Por qué también consumen niños? ―murmuro con un nudo en la garganta―. Ellos no pueden esconderse de ustedes.

― Nadie puede esconderse de nosotros ―rueda los ojos―. Pero como te dije antes, no somos caníbales. Si las personas no sienten miedo simplemente las ignoramos. En cuanto a los niños... Me gustaría tener el control de todas mis Sombras pero no es así. Te lo pondré más fácil: un Líder no puede evitar las traiciones aunque lo quiera. Si alguien de tu Clan quisiera matarte no se detendría por tu estatus como Líder, así como tú no te detienes al matar a los Líderes de otros Clanes y Congregaciones.

― No es algo que disfrute hacer ―me muerdo el interior de la mejilla―. Pero es necesario, no me he topado con ningún Líder que verdaderamente actúe como uno...

― ¿Y tú si lo haces? ―me interrumpe.

― Quiero creer que soy más justa que los otros.

― Y ahí tienes donde tu liderazgo falla ―sonríe de lado―. No crees en ti misma. ¿Cómo esperas que los demás crean en ti?

Me quedo callada.

No tengo una respuesta para eso.

SURVIVOR: El Mundo de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora