10. Sombreros mexicanos y strippers.

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Capítulo diez

Sombreros mexicanos y strippers

Austin

— ¡Cigüeña! ¡Cigüeña! —vocifera Gavin al compás irregular de la canción que no tenía nada que ver con lo que cantaba

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— ¡Cigüeña! ¡Cigüeña! —vocifera Gavin al compás irregular de la canción que no tenía nada que ver con lo que cantaba.

— ¡Épale, cigüeña! —le sigue Joey zapateando en la cocina. Ambos tenían gorros gigantes de esos mexicanos.

Se me escapa una carcajada por el ridículo que estaban haciendo la minoría de los Delta por los efectos del alcohol.

Los desaforados cantos de los dos primeros; luego la carrera de chupitos de Shane e Isaac (mejor ni recordarla, terminaron nadando en la piscina a la luz de la luna); el juego de «beber de un tirón y darle vuelta al vaso con un solo golpe» se manifestaba en la sala, Dylan y Jaidev competían a la par.

Sé que mi hermano jugaba contra él porque le caía extremadamente mal. Un rápido movimiento de su parte y el chico hindú pierde el juego y todos los estribos porque ahora parece querer lanzar la mesa a la mierda.

— ¡No es justo! —exclama, cuando Dylan choca los cinco con Simon y lo mira con superioridad. Sonrío de costado por su gesto inconsciente, hacía eso siempre que ganaba una partida de lo que sea.

—Es un juego, Khan. Cálmate.

La advertencia de Avan ocasiona un poco más de furia por parte de Jaidev, al rato, sube las escaleras con mucho enfado, insultando en otro idioma y parece que está por explotar. Qué mal perdedor.

Dy se voltea hacia mí y me sonríe en forma de burla por Jaidev.

Competitivo y persistente. De esa forma, conseguía todo lo que quería. Me alegrase que siempre haya sido así, por lo menos uno de los dos era feliz.

Bebo un poco de la gaseosa que me sirve Nolan en el vaso y le agradezco por el gesto. Me retiro un poco de todos y me voy a una esquina para analizar a todos desde la oscuridad.

En poco tiempo, se habían convertido en buenos amigos. Al menos la mayoría. Podíamos exceptuar a Jaidev y a Jacob, esos dos no nos caían bien ni a Dylan ni a mí. Por más pedante que podía resultar el primero, el segundo le sobrepasaba en cuanto a estupidez.

Y, a pesar de que Dylan podía parecer un imbécil con todas las letras, era mucho más empático que yo. Por eso, no le caían bien los comentarios de Jacob. Viendo la situación a fondo, quizá mi hermano se hubiese llevado con él en el pasado, cuando Dylan era un poco tonto.

También todos los Delta nos podríamos llevar bien con Jacob si no fuese porque siempre estaba hablando sobre llevar a chicas a la cama y qué se yo.

Lo conocía muy bien como para decir que Dy podía enfurecerse y querer arruinar a todo el mundo que pretendiese arruinarle la meta cruzándose en su camino pero, poco tiempo después, se arrepentía de esa furia incomprensible y terminaba ubicándose en el lugar de la otra persona.

¿Quién dijo guerra? © #3 [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora