Capítulo dieciocho
Las rosas y sus espinas
Alexa
Mi respiración está más agitada que el viento de afuera. La carretera está llena de neblina y las lágrimas, que caen en mis mejillas casi tan fuerte como la lluvia y atraviesan mis labios una y otra vez, no ayudan a mi visión. No me puedo controlar, estoy pisando el acelerador y dirigiéndome hacia el único lugar en el que había podido ser libre y valiente.
En el que había sido entendida por la persona que también más me había afectado.
El llanto descontrolado sale arrancado de mi garganta cuando los flashbacks peligran en mi mente recordándome de las horrorosas situaciones. Ni siquiera sabía si me lo merecía, pero quería creer que no.
Quería creer que no era mi culpa.
Quería creer que todo estaba bien.
Las luces de los automóviles me alertan que, por lo menos, estaba del lado correcto de la carretera. Hay una botella de alcohol en el asiento del copiloto, pero está vacía. No sé qué hubiese sido de mí si estuviese llena.
Quizás me moriría y quizás ese hubiese sido mi final.
Grito sintiéndome miserable...
Sintiéndome la peor persona del mundo.
La más estúpida y la más incomprensible.
¿Por qué era así?
¿Por qué me habían pasado tantas cosas malas?
Siento punzadas por todos lados: mi corazón, mi estómago y mi cabeza.
Las rosas son muy lindas. Pero también te pueden lastimar mucho con sus espinas. Y en este momento, tengo une enredadera de rosas en mi cuello que cada vez se ajusta con más fuerza.
Doblo por la carretera yendo a ese lugar.
Al que no quería ir... pero era el que me hacía bien.
El que me había hecho bien.
No había parado de llover ni de tronar y no me importaba ni un poco, pero sentía que todo se acoplaba a mi situación como anillo al dedo. Luego de conducir por alrededor de quince minutos más, me bajo del auto volviéndome a empapar.
¿Por qué estaba aquí? ¿qué estaba haciendo?
Deslizo mis pies por el montañoso lugar y me resbalo en varias ocasiones por el barro inmenso que se extiende en el suelo. Otra vez mi respiración es inconstante y lloriqueo sin parar.
Mis lágrimas se mezclan entre la lluvia que me baña y siento que no tiene sentido seguir llorando. Como cuando te bañas y lloras... lloras como nunca descargándote por quién-sabe-qué te llevó a tal momento, pero después reaccionas y no entiendes si dejaste de llorar o simplemente todo se difuminó con el agua.
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¿Quién dijo guerra? © #3 [BORRADOR]
Novela JuvenilTERCER LIBRO DEL MUNDO DE ❝GUERRA❞. [ Libro derivado o spin-off ] Elegida para la lista de lectura "#JovenCotidiano" de @WattpadNovelaJuvenilES ♥ ❝ ¿Quieres Guerra? -cuestionó la castaña-. Tendrás Guerra.❞ ❝ ¡Esto es Guerra! ❞ contestó el chico. ❝ ¿...