¿Quién dijo guerra? © #3 [BORRADOR]

14. Máscaras de conejo y pasamontañas.

Capítulo catorce

Máscaras de conejo y pasamontañas

Alexa

A eso de las doce, mi alarma hace un escándalo avisándome por quinta vez en el día que ya debía levantarme de la puta cama. Había estado desde las ocho sin poder dormir en paz, la maldita de Olivia también había puesto su alarma y luego se había ido a correr.

Mi hermana corría por las mañanas.

Yo prefería seguir durmiendo.

Porque, seamos sinceros, ¿quién mierda se levantaría un sábado tan temprano? A duras penas podía despertarme para ir a clase en día de semana, muchísimo menos iba a hacer el esfuerzo de levantarme a las ocho y por mi cuenta.

Gruño porque mi celular resuena y lo revoleo hacia otro lado de la habitación, milagrosamente cae en la cama de Olivia. Acto seguido, me siento en la mía pasándome las manos por todo mi rostro.

No me quería levantar.

No me quiero levantar.

No me querré levantar.

Vuelvo a recostarme, me cubro hasta el cuello con la sábana y mi estómago ruge en ese preciso instante recordándome que no comía hacía un día. Suelto un pequeño grito de frustración y eso parece por colmar mi poca paciencia.

La poca paciencia. La poca paciencia. La poca paciencia.

Estaba perdiendo la cordura... otra vez.

Me despojo de las sábanas para dirigirme al baño y pongo pasta dental en mi cepillo de dientes. Cierro los ojos para no verme y me limpio lo más rápido que puedo para parar el sufrimiento.

Me contengo. Me contengo. Me contengo.

Cierro los ojos y no quiero verme.

Cierro los ojos.

Los mantengo cerrados.

Completamente cerrados.

Los cierro.

Mi cuerpo no coincide con mis pensamientos porque, cuando me observo en el espejo, quiero vomitar por lo fea que soy. A decir verdad, no me importaba casi nunca cómo me veía pero hoy, viéndome en el reflejo... estoy horrible.

Asquerosa.

Horripilante.

Feísima.

Mi pulso aumenta a mil y escupo todo el dentífrico para correr lejos de mi habitación. Doy un portazo y me recuesto en la puerta intentando recuperar el aliento. Recuerdo los ejercicios de respiración que solía hacer.

Inhalar por cuatro segundos.

Mantener por cuatro segundos.

Exhalar por cuatro segundos.