Entramos en la cocina y nos encontramos con Lola encima de la mesa. Camilo tenía los pantalones bajados hasta las rodillas.
Eva desvío su mirada hacia la pared y yo hice lo mismo.
- ¿Otro momento mejor no han encontrado? - pregunté divertido.
No recibí ninguna respuesta hasta que Lola nos dijo que podíamos darnos la vuelta.
- Es que teníamos ganas y como vimos que estaban tardando... - dijo Camilo.
- Yo no quiero hablar de esto. Vamos a hacer como que no pasó nada - dijo Eva divertida.
- Eso. - dijeron Lola y mi amigo a la vez y nos reímos.
Narra Eva
Nos despedimos de los chicos ya que en cualquier momento pueden llegar mis tíos. Le di un beso cortó a Matu y él me susurro en el oído "Ha sido el mejor pete de mi vida" . Creo que me mojé de nuevo jaja.
- ¿Entonces cogieron o no? - me preguntó mi amiga impaciente.
- Casi. Igual si no venían a casa hubiesemos cogido boluda. - le dije haciéndome la enfadada.
- A ver boluda, igual si me avisabas te dejaba la casa solita para tí. Y que ¿la tiene grande? - me preguntó divertida.
- Sí - le respondí soltando una risita. Y es muy bueno haciendo sexo oral.
- Aaaaaaa me muerooo. - gritó.
- No grites boluda. ¿Cómo te fue con Cami?
- Salimos por la mañana. Fuimos a su casa, desayunamos y luego nos fumamos unos porritos. Y más tarde garchamos. - me dijo ella soltando una risita.
- ¿Y cómo fue? - la curiosa me dicen.
- El mejor polvo de mi vida. Bueno, polvos, porque lo hicimos más de una vez. - me dijo sonriente - Me gusta mucho este pibe, tenemos muchas cosas en común. Además es divertido.
- Me alegro mucho gorda. - lo decía de verdad, nunca había visto a Lola tan entusiasmada con un chico.
- Lo malo es que cuando se acaben las vacaciones tendremos que volver a casa...
- No pienses en eso gorda, si de verdad llegan a enamorarse la distancia no importa. Además Santa Fe no está tan lejos, no es como si viviéramos en otro país.
- Tenés razón. ¿Y con Mateo que planes tenés?
- No sé boluda, es muy lindo conmigo, pero no debería ilusionarme. No quiero sufrir de nuevo...
- Gorda, tenés que dejar el pasado atrás. Además Mateo no es como Mauro.
- Lo sé. Es imposible ser tan desgraciado. - le dije seria.
- Yo creo que deberías darle una oportunidad, no pierdes nada. Lo conoces más y si no te convence lo dejas y quedan como amigos.
No pudimos seguir con la conversación porque mis tíos llegaron.
- ¡Hola nenas! - nos dijo mi tío Juan.
- ¡Hola! - dijimos las dos a la vez. ¿Dónde está la tía Sofía? - preguntó Lola.
- Ella se quedó en el hospital, volverá por la mañana.
Cenamos y luego nos fuimos a nuestros cuartos. Hablé con mis padres. Mi papá, Santiago, siempre me preguntaba por chicos. No me preocupaba porque nunca salía de casa, pero ahora sí y me puse un poco nerviosa.
- ¿Cómo está la nena más hermosa del mundo? - me preguntó él feliz.
- Bien pa'. Hoy fui con Lola al cine. - le mentí.
- ¿Solo ustedes dos?
- Eee sí.
- Eva, sabes que podés contarme lo que sea. - el hdp sentía que algo pasaba. Yo y mi padre tenemos una conexión increíble.
- No pasa nada. - le dije y solté una risita. Bueno pa' hace un día conocí a un chico y casi garchamos hoy. Claramente no podía decirle eso.
Seguimos hablando de cosas irrelevantes. Mi mamá, Zoe, estaba en casa de una amiga. Nos despedimos y me acosté en la cama.
Alguien entró en mi cuarto y supuse que era Lola. ¿No tiene sueño o qué?
- Gorda, hay una batalla en la plaza que está cerca de la casa de Mateo. - susurró. - ¿Vamos? - me dijo entusiasmada.
Tenía ganas realmente, el freestyle es una de las cosas más importantes para mí.
- No sé boluda. ¿Y si nos descubren?
- ¿Quién, el tío? - me preguntó divertida. - Pero si está durmiendo como un tronco.
- Vamos a arreglarnos un poco al menos.
Me levanté de la cama y elegí ropa. Me maquillé un poco también.
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Y Lola así :
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Salimos de la casa sin hacer mucho ruido. Entramos en una tienda y compramos cigarros y dos Monster.
Llegamos a la plaza. La batalla era entre Replik y Tuqu. Dos estilos muy diferentes, aunque a mi me gusta más el de Replik por las métricas que hace.
Nos sentamos en el suelo, al lado estaban Dani y Mks. Me encantaba celebrar las rimas con él, se notaba que estaba muy cebado.
Lola me agarró del brazo y me señaló que mirara a la derecha.
