Capítulo 48

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Narra Eva

Nos despedimos de nuestros amigos y volví a agradecerle a mi padre y a Pedro por el regalo que nos han hecho.

Aún no podía creerme lo que acababa de pasar hace unas horas, pero por alguna extraña razón no podía dejar de mirar el anillo que Mateo me dio.

Después de la reunión me despedí de mi padre y éste se fue con mi madre a Santa Fe

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Después de la reunión me despedí de mi padre y éste se fue con mi madre a Santa Fe.

Cuando vi a mi madre podía notar la rabia que tenía, pero no le hice caso, no pensaba arruinar mi noche por ella. Hasta que se acercó a mí.

- Flashback -

- No puedo creer que te vayas a vivir con ese. - me dijo mirándome con asco.

- Ese es mi novio y me da igual lo que pienses mamá. - le dije seria.

Obviamente no le iba a decir que me había pedido matrimonio y que yo había aceptado, porque seguramente me mataba.

- Por eso, es TU NOVIO. No es algo serio, no puedo creer que tu padre se haya gastado guita en una casa para que te vayas a vivir con ese.

¿No es algo serio? No me hagas reír.

- Mamá, no sigas por favor. No voy a cambiar de opinión. - le dije moviendo las manos nerviosa.

Y en ese momento me di cuenta de que seguía teniendo el anillo en el dedo. Intenté ocultarlo, pero ya lo había visto.

- ¿Q-Qué es eso?

- Nada. - le dije seria.

- Eva, decime que no es lo que parece.

Y me quedé en silencio. No quería ocultarlo, ya me daba igual.

Entonces sentí su mano chocando con mi cara. Una vez. Dos. Tres. En ese momento llegó Mateo y la empujó.

- Basta señora. No voy a permitir que vuelva a tocar a mi esposa. - le dijo casi gritando.

Mi mamá lo miró con cara de orto y luego volvió a mirarme a mí.

- Nunca te voy a perdonar por esto. - me dijo mirándome a los ojos.

- No tenés nada que perdonarme.

- fin del flashback -

- ¿Están listos para ver su nueva casa? - dijo Pedro ilusionado.

- ¡Sí! - respondimos Mateo y yo a la vez como dos niños a los que les han dado caramelos.

Fuimos en su coche y en menos de diez minutos llegamos. No quedaba muy lejos de la casa de Matu.

Subimos las escaleras y cuando abrimos la puerta del apartamento un poco más y se me disloca la boca. Es hermoso.

- Os dejo tranquilos para que vean todos los cuartos y disfruten de su noche. - dijo Pedro guiñando el ojo y Mateo soltó una risita.

𝐄𝐯𝐚; 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora