Capítulo 55

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- dos semanas más tarde -

Narra Mateo

Han pasado dos semanas sin saber nada de Eva. Las autoridades la están buscando por todos lados.

Nadie sabe nada del mensaje que me mandó, tampoco quería que alguien lo supiera porque luego dejarían de buscarla porque pensarían que lo hizo queriendo.

Aunque me dolió leer esa mierda, estoy seguro de que ella no lo escribió, ella no haría algo así. Aunque ella no me quisiera no dejaría a su familia y a sus amigos.

Lo peor que me pasó fue la conversación que tuve con sus padres. Querían que les diera explicaciones, pero yo no puedo explicarles algo que ni siquiera yo comprendo.

Flashback

- ¿Dónde está mi hija desgraciado? - me preguntó su madre desesperada.

Les conté lo que había pasado, pero no me creían. La madre de Eva quería matarme y con razón. Mi padre haría exactamente lo mismo si algo me pasaba a mí.

- Santiago, te dije que no era una buena idea dejar a nuestra hija con éste, pero no, no me hiciste caso.

- Tranquilízate Zoe, nuestra hija va a aparecer. Tenemos que ser optimistas y no pensar en lo peor.

- Como mi hija no aparezca te mato con mis propias manos. - me dijo su madre a punto de llorar.

Fin del flashback

A mí también me habría gustado ser tan optimista Santiago, pero hay algo que me dice que Eva no está bien.

A veces solía ir a nuestra casa y abrazar su ropa. Aunque suene raro, podía sentir su olor y así no me sentía tan solo.

Por más que lo intentaba no podía sacarla de mi mente, estaba presente desde que me despertaba hasta que llegaba la hora de dormir.

Hasta en mis sueños aparecía a veces, pidiéndome ayuda, pero yo no podía ayudarle y terminaba despertándome llorando.

Narra Eva


No sé exactamente donde me encontraba, Mauro me dio unos calmantes antes de irnos y me desperté en otro sitio.

Mauro siempre me traía dulces, ropa o distintos regalos, pero nada de eso arreglaba la situación por la que estaba pasando.

Este hombre intentó matar a mi novio, me golpeó repetidas veces, me hizo sentir como una mierda durante años y me amenazó con que iba a matar a mis padres cuando decidí dejarlo.

Estaba loco, de eso no me quedaba alguna duda. No quería oponerme a lo que él me decía o discutir con él porque no resolvería nada.

Ahora mismo estaba en un cuarto, sin ventanas, pero por lo menos tenía luz. Estaba acostada en la cama, pensando en todo lo que había pasado.

Aún tengo esperanzas de que saldré viva y que volveré a mi vida de antes, aunque con cada día que pasa disminuyen un poco más.

Mauro entró a mi cuarto y me miró con la misma expresión de siempre que se puede resumir en tres palabras : confusión, tristeza y locura.

- Hola hermosa. ¿Cómo amaneciste hoy?

- Bien. - le dije cortante.

Necesitaba salir de éste cuarto, me daba ansiedad estar encerrada aquí todo el día.

- Te traje ropa limpia y tus chocolates favoritos.

- Gracias. - le dije sonriendo triste. - Si no es mucho pedir, ¿podés traerme unos libros? Me aburro estando aquí todo el día...

- Sí, todos lo que quieras mi amor. - me dijo sonriendo, aunque esa sonrisa más bien daba miedo.

En realidad no me esperaba que aceptara, me sorprendió.

- Gracias, de verdad.

Y en ese momento se me ocurrió un plan. Salir de ésta casa por lo pronto será imposible, pero al menos podría conseguir salir de éste maldito cuarto.

Tenía que ser linda con él, aunque sería casi imposible. Si él empieza a confiar en mí, entonces será mucho más fácil escapar.

Pensá rápido Eva, vos podés.

- ¿Como estuvo tu día? - le dije e intenté sonreír.

Él me miró sorprendido por unos segundos y luego me sonrió.

- Bien amor, me siento un poco cansado. Por la mañana han venido unos compañeros de trabajo y hemos hablado sobre unos negocios.

- ¿Ah sí? - me hice la sorprendida, aunque tenía más que claro que se trataba del narcotráfico. - ¿Y está todo bien?

- Sí, por ahora sí. - me miró por unos segundos -. Veo que hoy tenés más ganas de hablar, me alegra verte así.

Éste era el momento, ahora tenía que darle un poco de pena y con eso ya bastaría.

- Es que me siento muy sola en éste cuarto. - le dije agachando la cabeza.

- Mi amor, no tenés porque estar triste, yo puedo pasar el tiempo que queras con vos.

- Lo sé. - lo miré con cara de niña pequeña -. Pero necesito más espacio, vos sabés que no me gustan los sitios cerrados. - le dije y él asintió.

- ¿Querés un cuarto más grande? Yo te dejo el mío.

No imbécil, necesito salir de aquí.

Al ver que no entendía lo que quería decir me acerqué más a él. Me daba asco, pero tenía que conseguirlo y ésta era la única forma.

- No, no me refería a eso. - le dije y el me miró sorprendido por lo cerca que estaba de él.

- ¿E-Entonces a qué te referís? - me dijo mirándome los labios.

Tenía ganas de vomitar sinceramente, pero ya lo había conseguido, lo tenía como quería.

- Quiero salir de éste cuarto bebé.

Él me miró sorprendido cuando dije la última palabra, como si le hubiera dicho lo mejor del mundo.

- No de la casa, no quiero que entiendas mal. Solo de éste cuarto, quiero poder andar por toda la casa.

Me miró por unos segundos sin decir nada. Luego se levantó y salió del cuarto.

Mierda. La he cagado.

Me ponía de los nervios tener que comportarme bien con él, cuando lo único que quería era romperle la cara.

Me acosté en la cama y me puse a llorar de nuevo, esto se ha convertido en mi pasatiempos favorito.

Escuché la puerta abrirse de nuevo y me levanté sorprendida. Me limpié las lágrimas rápidamente, porque odiaba que la gente me viera llorando.

- Puedo dejarte salir del cuarto, pero a cambio de algo.

- Decime. - le dije dudosa, porque no sabía que quería exactamente.

- Quiero que me des un beso.











Holiiiis 🙋🏽 éste capítulo lo escribí anoche 😄

Gracias por leerme y a toda la gente que vota, son l@s mejores ❤

Faltan pocos capítulos para el final, no se olviden de votar si les ha gustado.

No entiendo como tanta gente lee mi mierda jajaja gracias de verdad, nunca me habría imaginado esto 😳

𝐄𝐯𝐚; 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora