Capítulo 43

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(una semana más tarde)

Estaba en mi casa preparándome para ir al hospital cuando me llamó Pedro y me dijo que Mateo se había despertado.

Estaba muy feliz porque desde ese día que habló no volvió a hacerlo hasta hoy.

Me vestí rápidamente y me maquillé así :

Llamé un uber y en menos de diez minutos llegué al hospital

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Llamé un uber y en menos de diez minutos llegué al hospital.

Me encontré a Camilo que estaba hablando con alguien por teléfono, pero no le presté atención.

Pedro salió del cuarto donde estaba internado Matu. Una sonrisa de oreja a oreja estaba dibujada en su cara, por fin sonreía después de casi dos semanas.

- ¡Hola! - lo saludé sonriente.

- ¡Hola hija! - me dijo y nos abrazamos . - Te está esperando.

- ¿Puedo entrar? Bueno, me da igual si puedo o no, voy a entrar de todas formas. - le dije y soltó una risa.

- Sí podés.

Entré y me encontré a Mateo en la camilla como ya me había acostumbrado. Al verme me sonrió y tenía hasta ganas de gritar a causa de la felicidad que me invadió en ese momento.

- ¡Hola hermoso! - le dije casi chillando.

- ¡Hola bebé!

Quería abrazarlo, pero el doctor me dijo que aún se encontraba débil y que lo mejor que podíamos hacer es mantener distancia.

Así que me senté a su lado en una silla.

- ¿No hay beso para tu novio? - me dijo triste.

- Matu, no podemos aún, por eso de las bacterias. - le dije soltando una risita.

- ¿Por favor? - me dijo haciendo puchero porque sabía que esa era mi debilidad.

- Solo un pico. - le dije seria, pero luego le sonreí.

Me acerqué a él y puso sus manos en mi cintura. Le di un pico, pero no me soltó. Lamió mi labio inferior y luego lo absorbió con su boca.

Sabía que estaba mal, pero le seguí el beso. Nos separamos por falta de aire y lo miré seria.

- Eso no fue un pico. - le dije retándole.

- Perdón mamá. - me dijo como un niño pequeño.

- Nooo boludo, re turbio. - le dije y nos reímos a la vez.

- Te quiero boluda.

- Yo también.

Vi que se movió un poco mientras se quejaba por el dolor.

- ¿Qué hacés? - le dije confundida.

- Espacio para que te acuestes conmigo.

No, yo no puedo hacer eso. No Eva, eso está mal.

- No te muevas, no voy a acostarme a tu lado boludo, el doctor nos prohibió acercarnos demasiado. Y no deberías hacer tanto esfuerzo.

- Pero él no está aquí. - me dijo divertido.

- Pero puede entrar en cualquier momento.

¿Qué te hacés la difícil si te morís por estar a su lado? Me dijo mi subconsciente.

- Dale Eva, te necesito. - me dijo mirándome a los ojos.

Me acosté a su lado con cuidado y él puso su cabeza en mi pecho. Le acaricié los rulitos y le di un beso en la frente. Ya que rompimos todas las reglas, al menos vamos a hacerlo hasta el final, ¿no?.

Él se acercó a mi cuello y me dio unos besitos y suspiré. Me alejé un poco y lo miré.

- No hagas eso.

- ¿Qué hice? - me dijo mordiéndose el labio.

- No podemos hacer nada Mateo. - le dije seria.

- ¿Ni siquiera un pete? - me dijo haciendo puchero de nuevo.

- Estás loco. - le dije riéndome. - te apuñalaron hace menos de dos semanas ¿y a vos te apetece que te haga sexo oral?

- Pues ahora que lo has dicho me apetece aún más. - me dijo acercándose a mi cuello y mordiéndolo de nuevo.

Solté un gemido y llevé mi mano a su miembro. Su pija ya estaba dura. La masajée un poco sobre el pantalón y soltó un gruñido.

- Hacélo. - me susurró.

Antes de que hiciera nada alguien entró en el cuarto. Mal. Muy mal.

Era una enfermera, la que me caía gordo. Al vernos juntos puso los ojos como si hubiera visto a Satanás y me reí internamente.

- No pueden estar tan cerca. - dijo seria y me miró con asco.

- Lo sentimos, no volverá a pasar. - dijo mi novio.

- Bueno, hagamos como no pasó nada. - dijo soltando una risita falsa - ¿Cómo amaneció el paciente más fachero de todo el hospital?

¿Perdón? La mato.

- Bien. - le respondió mi novio cortante y me miró rodándo los ojos.

- Tenemos que hacerte unos análisis y ella tiene que irse. - dijo mirándome.

- ¿Por qué no se puede quedar mi mujer? - le preguntó poniendo más acento en las dos últimas palabras y me sonrió.

- Eee se trata de cosas confidenciales. - dijo nerviosa.

- No pasa nada gordo, vuelvo luego. - le dije tirándole un beso en el aire y él hizo lo mismo.

Narra Mateo

No aguanto a ésta pelotuda. Nos interrumpió y encima se hace la piola cuando estamos a solas.

El doctor entró y me examinó rápidamente. Me sacó sangre y me dijo que tendrá los resultados en unas horas.

- ¿Podés llamar a mi viejo por favor? - le dije casi suplicándolo.

- Con una condición. - me dijo sonriendo.

- ¿Cuál? - le dije curioso.

- Que tenga más cuidado la próxima vez cuando intente hacer cosas que no debería estar haciendo. - me dijo y soltó una risa.

Barras barras.

- Lo prometo. - le dije riéndome cuando entendí a lo que se refería. - ¿Cuánto tiempo tengo que seguir aquí?

- Entre tres y cinco días. Te falta poco para irte, has tenido suerte muchacho. - me dijo y salió del cuarto.

Mi viejo entró preocupado, pensaba que me pasaba algo.

- ¿Estás bien hijo?

- Sí viejo, no te preocupes. Solamente quiero pedirte un favor. - le dije sonriendo.

- Lo que sea.

- Quiero que vayas a una joyería y compres un anillo para mujer. El más bonito que encuentres, no importa el precio.

- ¿Para qué? - me preguntó sin entender.

- Para mi futura esposa.











Éste estuvo mejor que los otros, diría yo jajaja

Espero que les haya gustado 💕

Gracias por leer 💕

𝐄𝐯𝐚; 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora