16 de julio de 2019.
Sonó el timbre.
—Voy yo —me levanté del sofá, pero mamá corrió hacia mí y me sujetó el brazo con fuerza—. Ay, mamá. Me haces daño.
—Voy yo —alzó un poco la voz y me miró fijamente a los ojos. Como si me quisiera advertir sobre algo—. Ve a tu habitación, ciérrate con pestillo y no salgas de allí hasta que vaya yo. Coge todas tus cosas y mételas en las maletas que tienes debajo de la cama. Mete toda tu ropa. Hazme caso, por favor —suplicó con la voz entrecortada—. Antes de que preguntes, te he dejado yo las maletas. Y te las escondí para que tu padre no las viese y preguntase sobre ellas.
Volvió a sonar el timbre.
—¡Carmen! ¿Quieres abrir la puerta de una puñetera vez? —gritó papá.
—Voy, voy —respondió. Me miró y me dio un beso en la frente— Vete.
Obedecí atemorizada y corrí a mi habitación siguiendo todas las órdenes que me había dado mamá.
Empecé a escuchar voces, muchas voces. Todas de hombres. Algunas agudas, otras graves, pero todas sonaban masculinas.
(...)
Pasó una hora y media y de repente, empecé a escuchar golpes insistentes en la puerta de mi cuarto.
—Alicia, abre, rápido.
Es mamá.
Abrí rápidamente y cerró tras de sí volviendo a poner el pestillo.
—¿Has metido todo lo que quieras en las maletas?
—Sí...
—¿Ropa? ¿Mucha ropa?
Mamá empezó a actuar desesperada.
Yo intenté calmarla en vano, porque no sabía nada. No sabía por qué estaba así, por qué tenía que meter las cosas en maletas...
—Mamá, ¿me puedes explicar qué pasa? —la senté en la cama y me coloqué junto a ella.
Empecé a sobarle la espalda mientras ella tan solo sollozaba.
—Cariño, esos hombres que han venido, son malos. Son muy malos. Igual que tu padre.
—¿Cómo?
—Alicia —la miré—. Tu padre está metido en temas de drogas. Tiene que pagar muchas deudas que valen mucho.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
—Mucho. Nos han amenazado con que si tu padre no pagaba todas las deudas, vendrían a por ti.
—¿Me matarían?
—Posiblemente. Pero antes harían otras cosas... —empezó a llorar con más fuerza—. Lárgate. Vete lejos. Será lo mejor para ti. No quiero que te hagan daño, eres mi bebé y tengo que cuidar de ti.
—Pero mamá, si esa es la única forma de pagar las deudas, me sacrificaré. No quiero que corráis más peligro —empezaron a escapar lágrimas de mis ojos.
—No. No debes hacerlo. Menos por tu padre. Él no se sacrificaría jamás por ti.
—Pero si no fuese así, no pagaría las deudas... —miré al suelo confundida.
—Cariño, él quiere intercambiarte a cambio de saldar sus deudas. Si tienes la oportunidad de escapar, es porque yo lo he permitido.
—¿Papá no sabe nada? —negó.
—Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Lo más importante que tengo, lo último que quiero es verte sufrir, y mucho menos en manos de esos hombres. Me pienso arriesgar por ti, pase lo que pase. No dejaré de luchar por ti.
Se levantó de la cama y me dio un sobre bastante abultado.
—¿Qué es? —me paré frente a ella.
—Dinero. Quiero que te vayas a vivir con tu tía y tu abuela. Esta es la dirección de su vivienda —me dio un papel.
Se acercó a mí y me cogió el rostro entre las manos.
—Vete ya. Te amo más que a nada en este mundo —se secó las lágrimas en vano y se acercó a la ventana.
Vivíamos en una casa, y mi cuarto estaba en la planta baja, así que no había mucha altura desde la ventana hasta el suelo.
Mamá sacó con cautela la maleta y la mochila que llené de cosas y después me ayudó a saltar.
—No te olvides de mí.
—Mamá —lloré.
—Sh... Iré a buscarte. No te preocupes por mí.
—Mamá... —repetí débilmente.
—Te amo —fue lo último que dijo antes de cerrar la ventana y salir de mi campo de visión.
***
¡Heeyyy! Soy nueva escribiendo novelas y poco a poco iré cogiendo más práctica. Espero que os guste mucho, cualquier aportación es válida.
Si os ha gustado votad y comentad, os lo agradecería mucho.
¡Chao, lectores!
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El oscuro secreto familiar ✔️
Roman pour AdolescentsAlicia es una adolescente que se ve obligada a huir al enterarse de lo que pretende hacer su padre con ella. Para ello, consigue la ayuda de su tía, quien le da hogar, pero un día, Alicia decide volver a por su madre, pero está claro que ella no se...