20

885 71 12
                                    

Narrador:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narrador:

Lady Park se sentó en un rincón, hubiera preferido morir ahorcada, a ser exiliada.

Vivir por el resto de su vida en un templo, era humillante para ella.

Paso de ser la respetable esposa de el Tercer Príncipe e hija de el Primer Ministro Park, a ser una mujer inmoral que atentó contra la vida de una criatura inocente.

El Tercer Príncipe era un hombre despiadado, y sabía muy bien el porqué no dejó que la mataran. El deseaba que sufriera lentamente. Además que la reputación de la familia real estaba en juego.

—¡Largo de aquí! —una joven había entrado a la habitación con comida, pero Lady Park no tenía humor para probar bocado.

—Si prefieres morir de inanición, no me importa —el Tercer Príncipe estaba entrando en ese instante a la habitación.

—Miren quien ha venido a visitar mis "aposentos" —dijo con sorna Lady Park— ¿Ha que debo tal honor, Alteza?

—¿Aún sigues sin arrepentirte?

—El arrepentimiento no existe en la familia real —Lady Park miraba desafiante al Tercer Príncipe— No soy la primer mujer que defiende lo que es suyo sin importar el medio, O, ¿ya lo olvidó, Alteza?

Lady Park sonrió de lado, Wang Yo sabía que se refería a las cosas atroces que la Reina Yoo había cometido. Su madre había matado al único hijo de Lady Oh y culpó de la muerte de la criatura a la Reina Hwangbo.

Y no solo eso, su hermano menor, So, sufrió las terribles consecuencias de los celos de la Reina Yoo. Cuando supo que el Rey contraeria matrimonio otra vez, su madre amenazó con matar al niño, hiriendo al pequeño Príncipe en el forcejeo entre el Rey y la Reina.

Salió de aquel lugar, solo se escuchaban los gritos y maldiciones de Lady Park. Decidió olvidar a esa mujer, deseando que la vida le cobrara lo que había hecho.

Cerro los ojos, odiando su vida, cualquier persona diría que lo tenía todo.

Pero lo cierto es que, el ser un Príncipe no era algo fácil de llevar y menos si sobre el estaba una carga pesada. Lamentó la vida que tendrían sus hijos, pero también agradeció infinitamente a los dioses, por darle una compañera que lo calmaba y hacia que su conciencia no se fuera completamente.

 Lamentó la vida que tendrían sus hijos, pero también agradeció infinitamente a los dioses, por darle una compañera que lo calmaba y hacia que su conciencia no se fuera completamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pᴏʀ Tɪ (Moon Lovers: 3° Príncipe Wang Yo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora