Pᴏʀ Tɪ (Moon Lovers: 3° Príncipe Wang Yo)

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Narrador:

Jae Hwa no comentó con nadie lo que había pasado esa misma tarde. Peinaba su largo cabello, dejando que las inquietudes que la acechaban se fueran de su mente.

—Princesa, esta muy distraída, ¿ocurrió algo con el Joven Park Woong? —dijo su doncella personal, la chica le había estado hablando, pero ella estaba absorta en sus pensamientos— El Joven Park parece que aún no la ha olvidado —dijo la chica esperando la reacción de su ama.

—¿Que relación existía entre el y yo? —dijo Jae Hwa, ella deseaba averiguar el pasado de la Princesa.

Hyo Rin sabia muy poco de Jae Hwa, de hecho se limitó a hacer creer a los demás que su memoria jamás volvería y que ella iniciaba una nueva vida. No veía importante indagar en el pasado de la chica. Pero con la llegada de Park Woong, creció su curiosidad por saber que tan cercana era la relación de Jae Hwa con él y si esto iba a afectar su vida conyugal con el Tercer Príncipe.

—Princesa, se que olvido todo, y es mejor. Si usted recordará los sentimientos que una vez se confesó con el Joven Park, eso sería terrible —dijo asustada la doncella.

—¿Enserio? Dime, ¿que ocurrió? —Jae Hwa estaba más curiosa ahora por saber.

—Princesa, perdone mi atrevimiento, no le diré lo que ya está en el pasado. Olvídese de todo, el Tercer Príncipe es su esposo y usted ahora tiene mayor autoridad en la mansión. Su relación con Park Woong podría traerle problemas —dijo la joven, Jae Hwa se moría por saber que tan terrible podría ser, pero su doncella hizo una reverencia y salió rápidamente de aquel lugar.

Aquella noche, no podía dormir, los recuerdos de el futuro y la misteriosa relación de Jae Hwa con Park Woong, tenían su mente hecha un lío.

Wang Yo notó que su esposa estaba despierta, sabía que todo esto se relacionaba con la llegada de Park Woong.

Si, el hombre estaba al tanto de aquella relación que la Princesa tenía con el hijo de el ministro Park. Pero nunca comento acerca de ello. Con el paso de el tiempo, supo que la Princesa lo amaba a él y que su corazón le pertenece.

Así que solo acercó a su esposa y la abrazo con delicadeza.
Wang Yo confiaba plenamente en su esposa y en el amor que se tenían.

El Tercer Príncipe no era de los que depositaran su confianza en los demás. En la familia real no existían lazos de confianza, pero Jae Hwa era diferente. Cuando la vio por primera vez, notó que ella y su hermana Yeon Hwa eran muy opuestas. Yeon Hwa estaba cegada por la ambición y el deseo de que el Octavo Príncipe fuera Rey.

Por eso eligió a Jae Hwa, ella no sería un obstáculo en el futuro, ni lo traicionaría queriendo poner a Wook en el trono.

Pero ese deseo egoísta se esfumó cuando comenzó a conocer a su esposa. Su calidez y amor que le profesaba la Princesa, lo habían hecho cambiar de opinión respecto a si era necesario sentarse en aquel trono frío.

Se apegó más a su esposa aspirando el aroma de Jazmín en su cabello, ella sintió el cariño de Wang Yo y se aferró a sus fuertes brazos.

En unos meses sería el Ritual de Exorcismo, y con ello una oportunidad para matar al Príncipe Heredero. La Reina Yoo lo había planeado a la perfección para que Wang Yo fuera nombrado Príncipe Heredero.

Todos sabían que desde que Jae Hwa se convirtió en la Primera Esposa de el Tercer Príncipe, Wang Yo tenía dos aliados muy poderosos que lo ayudarían a ascender al trono. Cosa que al Rey le preocupaba demasiado.

Taejo Wang Geon deseaba dejarle Goryeo a Wang Moo, a pesar de que este carecía de un respaldo fuerte y sufría de una enfermedad.

Jae Hwa caminaba por los pasillos de Cheondeokjeon, había sido convocada a primera hora por el Rey.

—Presento mis saludos, Padre Real —dijo la Princesa.

—Me alegra tenerte aquí, querida hija. Dime, ¿como has estado? Te noto más delgada —dijo el Rey viendo el rostro demacrado de la Princesa.

—Solo son algunos malestares sin importancia, gracias por su preocupación, Padre.

—Bien, dejaré que el Médico Real te examine —dijo el Rey— Wang Jin y DanBi han crecido rápidamente, me alegro que tus hijos estén saludables

—Gracias Padre, todo es por la benevolencia de su Majestad —Jae Hwa presentía que el Rey quería algo de ella y no solo para saber sobre su salud o la de sus hijos.

—Se que ahora estarás confundida por el motivo del cual te he llamado —la Princesa solo se quedo observando al Rey— Hace unos días que tu y tu esposo vinieron, pero el asunto que deseo tratar contigo, requiere cierta discreción —afirmo el Rey.

—Majestad, no se en que pueda serle útil, simplemente soy una Princesa...

—Y la esposa de el hombre que tiene a la mitad de mis ministros apoyándolo —Jae Hwa abrió sus ojos sorprendida, el Rey solamente examino su reacción— Admiro el hecho de que no deseas que el Octavo Príncipe sea Rey, pero, ¿Deseas que tu esposo se siente en este trono?

—Majestad —Jae Hwa se arrodilló inmediatamente— El Tercer Príncipe sabe muy bien mi postura en cuanto a este tema. Además... tengo muy claro quién es el Príncipe Heredero, no me atrevería a cometer traición, Majestad.

El Rey examinó las palabras de la Princesa. Era bien sabido que la Princesa Yeon Hwa hacia todo lo posible por poner a Wang Wook en la mira como posible candidato a ser Rey. Pero Jae Hwa, era difícil saber que es lo que deseaba la chica. Ella bien podría ocultar sus verdaderos colores detrás de una máscara de ingenuidad.

El Rey se decidió a poner a prueba a la Princesa y saber a quien pertenecía su lealtad.

—Si lo que dices es verdad, de ahora en adelante, vigilaras todo lo que haga tu esposo e informaras cada movimiento que planee junto con su gente. Demuestrame que no traicionarías a Goryeo...

Jae Hwa miro atónita a aquel hombre sentado en el Trono. Sabia muy bien que Taejo Wang Geon hablaba muy enserio, pero, ¿podría hacer lo que el Rey le pedía?