No conocía especialmente a Tyler. Bueno, habíamos ido juntos toda la vida, desde el colegio, pero no es que fuéramos amigos ni mucho menos. Y la mayor parte del Liberty High que también llevábamos juntos desde críos tampoco se le acercaban si quiera. Tyler era un rarito y, de vez en cuando, algo escalofriante. Sin demasiado esfuerzo se había convertido en el blanco perfecto de todas las bromas. En el instituto solo podías sobrevivir si te adaptabas bien al entorno, pero era algo que él no había conseguido. Pasaba por los pasillos como si fuera un fantasma, deseando que ningún grupo de machitos fanfarrones decidieran interceptarle, y ese día yo no le habría ni si quiera prestado atención de no ser porque lo estrellaron contra el bloque de taquillas del que yo estaba sacando mis libros.
- ¿Qué pasa, friki? – cuestionó Montgomery. – He oído que has ido por ahí hablando mal de nosotros.
Como era de esperar, Monty y dos de sus lacayos del equipo de fútbol lo habían arrinconado a pesar de que hubiese sonado el timbre hacía ya un par de minutos.
- Yo no he dicho nada de vosotros. – se excusó Tyler en a penas un susurro. Le faltaba poco para comenzar a tartamudear.
- ¿Además de raro eres un mentiroso?
Observé por encima de mi hombro viendo cómo los pocos alumnos que quedaban se marchaban sin reparar en él. Obviamente lo estaban escuchando igual que yo, pero nadie quería ni arriesgarse a defender a Tyler ni mucho menos a llevar la contraria a Monty. Era muy sencillo cerrar mi taquilla y salir de ahí como si nunca hubiese estado, pero mi vista fue a parar a esa pobre alma y sentí una gran pena por él.
- ¡Contéstame! – le ordenó, seguido de otro empujón contra las taquillas que logró hacer resonar notablemente el metal. Tyler adquirió una mueca de terror mientras que los chicos ampliaron sus sonrisas.
Debían ser como depredadores a punto de cazar a una cebra herida, lo que la deja sin posibilidad alguna de escapar. Tendría que haberme marchado sin mirar atrás, pero un chute de adrenalina me llevó a cerrar mi taquilla con fuerza y cruzarme de brazos a un par de metros escasos de ellos. Por si no había llamado suficientemente la atención, alcé la voz:
- ¡Eh, Monty! ¿Por qué no te piras a clase?
Con eso conseguí que ese brabucón soltara el cuello de la camisa de Tyler y centrara su atención en mí. Mentiría si dijera que no tuve que hacer un esfuerzo por mantenerme firme.
- ¿Por qué mejor no te piras tú, Rose? – cuestionó con burla. – Vas a manchar tu perfecto expediente sin retrasos.
- Vamos, no seas crío. – insistí con pesadez.
Montgomery no dudó en acercarse a mí hasta invadir lo que consideraba mi espacio personal. Quería intimidarme, pero sus musculitos y sus humos no lo iban a conseguir. Finalmente, se encogió de hombros.
- Venga, vámonos, chicos. Esto ya ha perdido la gracia.
Monty fue el primero en alejarse por los pasillos y los otros dos siguieron sus pasos tras hacerme un gesto de despedida con la cabeza. Cuando me vi en ese pasillo desierto con Tyler creí que ya volvía a respirar con normalidad, pero aun parecía incómodo ante lo que acababa de ocurrir.
- Tú también deberías irte a clase. – le sugerí. – Y tener más cuidado la próxima vez.
Me alejé sin esperar su respuesta y aceleré mi paso hasta llegar a mi aula. Me disculpé diciendo que me había entretenido en el baño porque me dolía el estómago y el profesor me dejó pasar sin más pegas. Me senté al lado de Ryan, quien obviamente ya tenía un ojo puesto en mí.
- ¿Por qué has llegado tarde en realidad? – cuestionó. No es que fuéramos amigos, pero él era un cotilla y tenía que hablar de todo.
- He disuelto una estúpida pelea entre los del equipo y Tyler. – contesté sin apartar los ojos de la pizarra. Aun así, escuché a ese chico suspirar:

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Marginado | Tyler Down
FanfikceEl instituto puede ser un paraíso para unos y un infierno para otros. Lo cierto es que todo el mundo sufre, aunque algunos lo hagan en silencio, y a veces ese silencio se vuelve insufrible. 6/7/2021 ➞ #1 tylerdown #2 13reasonswhy 26/5/2022 ➞ #2 13re...