| C A P Í T U L O 13 |

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Habían pasado varios días, especialmente de la noche en la que descubrí que nunca me liberarían, en la que había confirmado con mis propios ojos que era el bien más preciado de Don Stefano, su más leal perro

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Habían pasado varios días, especialmente de la noche en la que descubrí que nunca me liberarían, en la que había confirmado con mis propios ojos que era el bien más preciado de Don Stefano, su más leal perro. Me sentí engañada y sucia como un trapo cualquiera.

Pasé todos esos días meditando qué hacer respecto a mi situación, llegué a la conclusión de que solo tenía dos opciones, y ninguna me atraía. Podía quedarme y vivir lo que me quedara de vida como su títere o podía escapar y morir por su mano. Para Stefano la única liberación era la muerte, solo así me liberaría, si él no podía tenerme nadie más lo haría.

¿Cómo fue que pude haber sido tan estúpida para no haberme dado cuenta antes? Me odiaba en esos momentos por ser así de ingenua y estúpida.

—Golpea más fuerte —exigió Lorenzo a mis espaldas—. ¿Qué es lo que te sucede niña que provoca que no te concentres en el entrenamiento? —cuestionó.

Desde la misión, él había sido más duro con mi entrenamiento, no le importó si mi pierna no había sanado del todo.

—Nada, —respondí secamente conteniendo mi ira— no es nada.

—Al parecer es algo si eso hace que seas pésima el día de hoy.

De nuevo sentí ese sentimiento, furia, ira, como quieran llamarlo. Estaba enojada con todos y todo, lo único que hacían era utilizarme. Por su culpa era así, ellos me habían convertido en un maldito monstruo mafioso..

Lorenzo suspiró ante mi silencio, últimamente lo hacía mucho.

—¿Sabes por qué te entreno más duro que a cualquiera en este lugar? —Negué con la cabeza—. Porque te estoy preparando para el infierno que vas a pasar.

Aquella declaración hizo que levantara mi vista y lo viera a los ojos con curiosidad. ¿De qué infierno hablaba? ¿Qué sabía él?

—Sígueme, no podemos tener esta conversación ante los oídos de todos. —Asentí con la cabeza y con un gesto le indiqué que liderara el canino.

Caminamos a través de los pasillos en completo silencio. La curiosidad y el misterio estaban carcomiendo en mi interior. El tiempo parecía ir más lento con cada paso que dábamos, no tardé mucho en descifrar que estábamos yendo hacia su cuarto —o al menos hacía allí pensé que me estaba llevando.

¿Qué era lo que tenía que decirme que era tan privado como para estar en otro lado?

Mis suposiciones eran equivocadas, me estaba guiando hacia el almacén de armas. Era una gran habitación, aunque tuviera pinta de jaula de prisión por las barras, pero ellas eran para protegerlas de un posible robo o ataque. La habitación gris oscuro tenía varios casilleros y estantes con alambrado en cada una de las paredes con diferentes tipos de armas y municiones.

Entró como el rey del lugar y fue específicamente hacia la zona de dispositivos, agarró uno del tamaño de mi mano y se dio la vuelta para salir y seguir caminando hacia un nuevo incierto destino.

Breaking The Chains Of Cruel Fate [+18] (BREAKING #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora