| C A P Í T U L O 5 |

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Tres días habían pasado y había recibido más palizas en mi entrenamiento de lo que había obtenido los primeros meses a mi llegada a este infierno

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Tres días habían pasado y había recibido más palizas en mi entrenamiento de lo que había obtenido los primeros meses a mi llegada a este infierno. Dante no paraba de distraerme, y eso implicaba más moretones de parte de Lorenzo.

Tsk.

Con cada paso que daba hacia mi dormitorio, más me dolía. Agarré unos analgésicos que siempre guardaba en mi bolsillo del pantalón y me las tragué sin agua. Tosí tratando de digerirlas. Poco a poco el dolor fue disminuyendo, gracias a dios que la humanidad inventó el analgésico. Subí las escaleras apurada, nadie debía verme en aquel estado. Nadie.

Pero la vida siempre es injusta para mí.

Antes de que siquiera pudiera llegar a mi puerta, alguien me empujó suavemente hacia la pared, acorralándome entre ella y él. No había que ser un genio para saber quién era, mi cuerpo siempre reconocería ese olor a nuez y ron.

—Verónica —susurró con voz ronca.

Todavía no había procesado en mi cerebro el impacto y el poder que aquella voz tenía sobre mí, si él me susurraba que le diese todos mis ahorros, se los daría. Pero el contacto de su cuerpo con el mío era el mayor problema, aquel tacto despertaba cada fibra de mi cuerpo, en especial la zona baja de mi estómago. Y ni hablar de mi corazón, latía desbocadamente.

Dante.

—¿Qué quieres ahora Dante? —Alejé su pecho de mi rostro, aquel olor estaba volviéndome loca—. ¿Más preguntas? —inquirí.

—¿Qué quiso decir mi padre? ¿A qué se refería?

—Pregúntale a él.

—Te estoy preguntando a ti —replicó mientras su dedo acariciaba mi mentón. Eso hizo que un sonido de dolor saliera de mis labios—. Lo siento, olvidé que hoy recibiste una paliza.

—¿Lo sientes? Lo único que has hecho es exigir respuestas cuando ni siquiera has respondido a las mías —dije exasperada—. Contesta alguna de las mías y puede que haga lo mismo con tus preguntas.

—Nada es tan simple Roni, no puedo decirte.

Un sentimiento de decepción y dolor emocional cruzó por mi corazón. Debí haberlo esperado.

—Entonces yo tampoco te diré.

—Es lo mejor Roni, esto no puede pasar.

—¿Esto?

—Nosotros.

Una risa amarga emergió de mi garganta, realmente quise gritar.

—Entonces deberías salir de encima mío, ¿no crees?

Mi cuerpo se congeló al notar el vacío que su cuerpo dejó una vez que se alejó de mí a una distancia razonable. No supe que era más sorprendente, el hecho de que hubiese hecho lo que le dije por una vez en su vida o lo conmocionada que me dejó saber que no quería que se alejase de mí. Realmente era estúpida.

Breaking The Chains Of Cruel Fate [+18] (BREAKING #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora