| C A P Í T U L O 6 |

267 14 1
                                    

Habían pasado tres semanas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Habían pasado tres semanas. Mi cuerpo estaba completamente curado y listo para la acción, pero mi mente era un completo desastre. Todos me miraban con temor, después de lo que sucedió en el gimnasio, no los culpaba. Hasta yo tenía miedo de lo que casi había hecho.

No había visto a Dante desde ese día, una parte de mi está aliviada. No quería encontrármelo, fue por eso que no había ido a desayunar, almorzar y cenar al comedor. Iba directamente a la cocina sin que nadie me viera.

Cada vez faltaba poco para que mi condena se terminara, cosa que me gustaba. Cuanto antes estuviera lejos de esta vida, mejor. El problema, algo que nunca pensé, fue qué era lo que iba a hacer una vez que fuera libre. Algo que Don me había preguntado antes de todo el fiasco de la pelea y demás. Nunca lo había pensado, en ningún momento, no tenía la más remota idea. Cualquier cosa que no tuviera que ver con matar o usar armas, después de lo que pasó no quería volver a tocar un arma una vez que sea libre.

Podría comprar un local y hacer mi propia librería, siempre quise tener una. O podría trabajar en una biblioteca. Había tantas opciones que de pronto comencé a emocionarme. Una vez que fuera libre podría hacer lo que quisiera. Tenía dinero, después de todo, cada misión tiene una recompensa. Y después de diez años he ahorrado como para vivir cien años.

-Princesa ya está todo listo para esta noche -dijo uno de los hombres que estaba bajo mi mandato.

Odiaba ese apodo con toda mi alma, pero tenía que aguantarlo. Un mes más y mi sufrimiento terminaría.

-Revisen el protocolo. Quiero que se aprendan de memoria todas las medidas de seguridad. ¡No quiero ningún maldito error esta noche!

-¡Sí, princesa! -Se fue corriendo.

La fiesta. Había estado trabajando con muchos capitanes y sus soldados para que la seguridad fuera impecable. Hasta ahora todo había sido normal como debería esperarse, pero odiaba tener que dar órdenes, y más si me llamaban "princesa" o "señora". Lo odiaba. También había tenido que lidiar con los rumores. Todos hablaban y susurraban sobre qué trataría el anuncio. Las mujeres decían que el jefe había encontrado a una nueva mujer, y los hombres decían que él se iba a jubilar y pasarle el cargo a su hijo. Habían muchas especulaciones, ninguna de las cuáles me interesaban ya que dentro de poco estaría fuera de esta vida.

-Debemos hablar chibi -dijo una voz, solo había una persona que me llamaba así.

Giré y vi a un Nico serio y enojado, sólo estaba así cuando estaba en una misión concentrado en su objetivo y en el plan.

Raro. ¿Qué querría?

-¿Qué necesitas Nico? Estoy ocupada. -dije secamente.

Avanzó hasta invadir mi espacio personal. Tenerlo cerca me dio la oportunidad de observarlo mejor, parecía cansado, debajo de sus ojos había bolsas violetas como si no hubiese dormido en días o semanas. Su pelo era un desastre y su uniforme dejaba mucho que desear, estaba todo arrugado y ni siquiera había cerrado la cremallera de su pantalón.

Breaking The Chains Of Cruel Fate [+18] (BREAKING #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora