23_Casa de Adrien

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Si Wattpad te trajo directo hasta aquí, te informo que Wattpad es bien idiota...
Hoy hubo doble actualización, hay un capítulo antes de este... Si no entiendes lo que sucede, es culpa de Wattpad...
Lee el anterior...
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Capítulo 23

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Sophie puso de su parte y me encargué de mantenerla ocupada. Nos preparamos para la fiesta y mamá nos apresuró para que saliéramos temprano.

No fue hasta que estuvimos llegando al destino y en el silencio del auto que noté a Sophie con el ánimo bajo. Entrelacé nuestras manos y sonreí logrando que me correspondiera. Habíamos prometido que aquella noche sería para disfrutar y al día siguiente conversaríamos.

La casa de Adrien estaba en medio de la ciudad, entrando en una calle que se extendía por casi un kilómetro. Las casas iban tomando espacio una de otras y la del chico quedaba al final sin nada a los alrededores.

Nos bajamos en la entrada y sentí la música alta. No eran ni las once de la noche, casi nadie había llegado.

—Nada de beber demasiado —advirtió mamá antes de girar y desaparecer.

A la distancia y por la estrecha calle se veían un par de autos avanzando hacia nosotros. En cuestión de minutos el lugar estaría lleno.

Una voz masculina saludó a nuestra espalda y encontramos a Adrien saliendo con camiseta del equipo del fútbol y una amplia sonrisa. De nuevo me asustó lo alto y corpulento que era. Lucíamos como enanas a su lado.

Nos dio la más calurosa de las bienvenidas invitándonos a pasar y ofreciéndonos un recorrido.

Conocía la casa de haberla visitado con Charles mientras salíamos. Era de las clásicas y espaciosas con dos pisos, muchas ventanas de madera y techo a dos aguas. Tenía una bonita entrada con caminos que bordeaban la propiedad y posiblemente daban a un patio trasero, junto a un hermoso jardín que no sobreviviría la noche.

Adecuaron la sala de estar y el comedor como pista de baile. El equipo de sonido estaba instalado en medio de las dos habitaciones y el juego de luces que reconocí de las fiestas de mi ex.

Lo mejor del lugar era la sala de juegos del segundo piso. Había un enorme salón con lo necesario para pasar la noche allí.

En ese instante no había más de quince personas en la casa, estaban reunidos frente al enorme televisor y jugando videojuegos por turnos. Otros se entretenían en la mesa de billar de la esquina y localicé a Charles entre ellos.

Nuestro guía nos llevó hasta el mini bar y sirvió dos vasos de vodka con naranja. Me preocupó que Sophie aceptara de buena gana y comenzara a beber como si fuera agua. No dije nada, ya que el moscón de Adrien seguía a mi lado intentando entablar conversación.

No te enamores de Nika © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora