No te enamores de Nika © [LIBRO 1]

38_ Cascarón vacío

Capítulo 38

~❁ ❁ ✦ ❁ ❁~

—Bien, eso es todo —dijo Nika resignado soltando su cinturón y abandonando el asiento del copiloto.

—¿Qué haces?

Le observé dar la vuelta rodeando el auto hasta abrir mi puerta.

—Voy a manejar o jamás llegaremos.

Vacilé sosteniendo el volante con fuerza.

Era nuestra segunda clase de conducción y me había prometido que sería distinta al desastre de la primera donde apenas y me moví tres metros en la carretera frente a La Mansión Bakker.

Ese día nos habíamos ido lejos con Nika al volante, hasta que pedí mi turno de intentarlo. No avancé más de trescientos metros y ya no sabía ni cuál pedal era el acelerador.

—Amaia —llamó para que me diera por vencida.

Refunfuñé en voz baja y terminé cambiándome de asiento de mala gana. No quise verle sabiendo que sonreía en lo que volvíamos a la carretera a paso normal y no al extraño avanzar de mi conducción nerviosa.

—No entiendo cómo puedo ser tan idiota —protesté viendo la facilidad con que lo hacía.

—No eres idiota.

—Mi madre no puede cocinar pechuga de pollo a la plancha sin quemar la cocina y sabe conducir. ¿Cómo no soy idiota por no poder coordinar el embrague y el acelerador? —protesté apuntando a sus pies.

—Estás señalando mal.

Solté un pequeño sonido de histeria que le hizo reír.

—¡Ves!

—No sé por qué te molesta tanto, no todo es igual de fácil —añadió con suavidad.

—Lo dice quién sabe hacerlo todo y, además, le sale bien.

—Eso no es cierto —negó sin apartar la vista de la carretera—. Hay demasiado que no sé hacer y nada lo hago tan bien como dices.

—¿Ahora juegas a ser modesto? —No lo podía creer—. El que afina pianos, compone tocadiscos y repara las goteras.

—No estábamos hablando de mis habilidades sino de las tuyas —escapó por la tangente sin dificultad—. Tienes que aprender a conducir y quizás no es conduciendo.