60_La verdad duele

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Si llegas aquí y no leíste la actualización anterior puede que te pierdas de algo importante con la actitud de Mia al regresar de su examen...

Si ya leíste ese, entonces es hora del drama...

Si ya leíste ese, entonces es hora del drama

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Capítulo 60

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Hice el viaje en autobús con la frente pegada al cristal de la ventana y viendo el paisaje cambiar de altos edificios a pueblos pequeños y luego al campo.

Iba con una sonrisa de idiota al pensar que no tendría que estudiar para otro examen e intentando ignorar que me había flagelado por todo un curso para terminar entendiendo que siempre supe lo que quería estudiar.

Se sentía estúpido y algo masoquista, pero intentaba convencerme de que, sin la experiencia de aquellos meses, jamás habría sido capaz de entenderlo.

Cuando supe que faltaba poco para llegar a Soleil, me estiré en el asiento intentando revivir mis adormiladas piernas. Acomodé el vestido de cuadros rojos y blancos que había escogido aquella mañana.

Tenía pocos vestidos, de esos, solo tres me hacían sentir cómoda. La razón por la que últimamente lo usaba era por la carcajada que soltaba Nika cada vez que me veía.

Solía decir que no sabía si quería quitármelo para verme desnuda o para sentarse en el césped a que tuviéramos un picnic.

Me divertían sus tonterías y eso me recordaba la conversación que debíamos tener. El tema amor y lo que me había dicho en la estación de tren antes de que partiera a mi examen.

Había pensando al respecto y la verdad es que no estaba lista para decir «te amo». Estos meses también me habían enseñado que hablar era la única manera de entenderse y que no había razón para perder el tiempo.

Nika entendería que no eran falta de sentimientos lo que me frenaba a decirlo. No estaba preparada y estaba bien que fuera así, tal cual él no estaba listo para abrir ciertos detalles de su pasado.

Me hacía feliz saber que podíamos hablarlo. Me gustaba sentir aquella tranquilidad con respecto a la relación que teníamos. Era fácil y cómodo; era, extrañamente, algo que quería conservar por mucho tiempo.

Cuando el autobús se detuvo, fui la única en bajar en la parada de Soleil. La mayoría de pasajeros iban al sur a tomar vacaciones y nadie se quedaba a mitad del continente donde la vida era más aburrida que la de una esponja.

Fue fácil bajar mi maleta que no pesaba nada y atravesar la pequeña estación. El lugar estaba vacío y no me costó ubicar a Nika que esperaba afuera. Iba de negro al completo con una camisa fina que me encantaba y solo usaba en ocasiones especiales.

No te enamores de Nika © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora