50_Mentiras

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Capítulo 50

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Capítulo 50

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—Lo siento —dije con las manos sobre mis labios de cuando chillé e intenté estúpidamente ahogar el sonido.

Al subir ensimismada no le había notado. Era el chico de cabello negro azabache, el delantero de Regen que le gustara a Rosie y había pasado la fiesta alejado en aquel lugar.

—No hay problema —dijo amablemente—, puedes sentarte si quieres.

Señaló a su lado. Consideré de mala educación decir que no tenía ganas de estar cerca de alguien en aquel momento. No quería hablar, me molestaría hasta la respiración de alguien más.

»Tranquila —agregó—. No hablo mucho y tampoco vine hasta aquí buscando compañía.

—De verdad no quiero hablar —aclaré.

—Bienvenida al club —dijo con naturalidad alzando una pequeña botella y bebiendo un trago.

Acto seguido me la ofreció y su propuesta se vio interesante. Tomé asiento y bebí. El trago quemó de manera distinta y una arqueada me hizo estremecer.

—¿Qué es? —tuve que preguntar con algo de asco.

—Tequila.

Con razón no me parecía familiar. No había ni escuchado hablar de esa bebida.

—¿Te gusta? —cuestioné incrédula.

Me miró de reojo y lo claro de sus ojos llamó mi atención. No estaba segura por la escasa luz de la noche, pero debía ser grises o blancos y eso era imposible.

—Pensé que no querías hablar.

Negué percatándome y mirando al frente.

La fiesta seguía como si nada, la música y el bullicio no se había detenido por la casi pelea de hace unos minutos. Inspeccioné el campo al ver que un grupo de chicos se dirigía al túnel entre las gradas donde había estado conversando con Nika.

Esperaba que no volviera a la fiesta, que se mantuviera en lo vestidores o en cualquier lugar con tal de que no se metiera en problemas.

Cerré los ojos con fuerza.

No tenía que preocuparme si se metía en problemas, no tenía que vigilarle o estar al pendiente. Nika era el idiota que me había engañado porque ocultar la verdad era mentir. Incluso descubierto, era incapaz de confiar en mí.

No te enamores de Nika © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora