62. 5 MESES DESPUÉS

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Me miré al espejo una vez más y volví a colocar bien mi flequillo. Olí el cuello de mi camiseta para saber si seguía oliendo a colonia, después comprobé que mi aliento oliera bien, estiré mi camisa para que no se arrugara mucho y exhalé profundamente antes de dirigirme a la puerta. Cameron me miró muy orgullo a un lado junto a John.

-Tío estás perfecto, no te he visto más galante nunca. -rió John impresionado. Las manos me temblaban y sudaban pero no sabía cómo hacer que pararan.

-Cálmate Baco, es mi hermana tampoco te va a comer sabes. Sé que bueno te guardaba mucho rencor pero en cuanto se lo expliques se va a arrojar a tus brazos. -apoyó sus manos en mis hombros y me zarandeó un poco para que me relajara.

-¿Hace cuánto no te habla de mí? -lo miré con ojos de cachorro- Necesito que esta vez seas sincero conmigo, tengo que saber a qué me voy a enfrentar.

-A ver, sé que ha estado teniendo citas con un chico últimamente. Está en su clase pero lo he conocido y es super aburrido. He intentado que no se pille por él pero siempre que me habla de él es como si lo comparara. Creo que lo compara contigo así que no tienes nada de lo que asustarte. Puede que te pegue y te grite pero ya sabes como es. Desde que la dejaste suele estar más malhumorada pero nada más. De verdad has esperado cuatro años para estar con ella de una forma adulta y coherente. A mí ya me has demostrado lo mucho que amas a mi hermana. Esperaba que te cansaras después de un año, para serte sincero nunca creí que lo fueras a conseguir. -puso una mueca de incomodez- Pero lo has hecho, tengo pruebas suficientes como para dar el consentimiento para lo que vas a hacer. Ahora venga, no creo que Carol pueda entretenerla mucho más tiempo allí.

DAKOTA

-Oye, Sean me parece mono pero todo lo que está haciendo ya me parece muy cursi y excesivo. A penas hemos quedado como para que lleve toda esta semana mandándome un ramo de flores diario. -acaricié una de las rosas blancas.

-¿Estás segura de que es Sean? -enarcó una ceja Carol.

-Pues claro, es el único chico con el que he estado tonteando y justo la semana pasada le dije que no quería tener nada con él. Estoy cien por cien segura de que ha sido él. ¿Quién va a ser si no? -me reí y fui hasta el espejo.

Por fin me graduaba, habían sido cuatro años realmente intensos. Finalmente hice una carrera de administración y dirección de empresas. Me había costado un poco los primeros años debido a mis ánimos pero aquí estaba, el día de mi graduación. Llevaba un vestido blanco largo. Había decidido dejarme el pelo corto por encima del hombro recto. Me parecía un corte más elegante y adulto.
-Dakota deberíamos de irnos ya, ¿no crees? -Carol se levantó de repente de la cama y agarró mi brazo para irnos.

-Pero si aún quedan 2 horas y media para la graduación. ¿Qué te pasa? Primero quieres que nos vistamos antes y ahora quieres salir dos horas antes. De verdad cada día estás más rara. -rodé los ojos y ella sin contestarme me obligó a salir.

Por el pasillo de la residencia había muchos pétalos de rosa tanto blancas como rojas. ¿Qué era todo aquello?

-Madre mía para quién sea va a tener que pasar muchísima vergüenza. -me reí- Bueno en verdad es muy romántico, sería como en las películas. Sabes Carol yo siempre quise algo que me diera vergüenza, esa sensación es una de las mejores.

-Ya lo sé Dakota, por eso esto es para ti. -fruncí el entrecejo y miré desconcertada a Carol.

-Dime que esto no es cosa de Sean. Carol no me gusta ese chico y creo que esto ya se acerca a la obsesión. -dije asustada.

-No, Dakota. En serio eres idiota. No es de Sean es de otra persona que bueno te quiere muchísimo más… -mi estómago se encogió ya que no sabía quien podía ser.

Una parte de mí aún recordaba a Baco y quería que fuera él, pero llevaba cuatro años sin verlo y sin saber nada de él. Era obvio que se había olvidado de mí. Es cierto que tuve algún que otro rollo en estos años pero siempre acababa dejándolo al mes, por eso no sabía con certeza quién podría ser. Quizá mi hermano estaba haciendo todo esto para darme una sorpresa por mi graduación, no tenía mucho sentido pero era una de las posibilidades que barajaba mi cabeza.

El camino de rosas terminaba frente a una camioneta muy vieja y estropeada. Me esperaba otro tipo de vehículo para ser sincera.

-Vaya, podría haber alquilado una limusina. -dijo Carol riéndose.

Entré en la camioneta después de Carol y esta me tendió una carta que antes estaba apoyada en los asientos. El chico que conducía miró hacia atrás antes de comenzar a conducir.

-Veo que llevaba razón, eres guapísima. -no sabía de qué estaba hablando y mi cara de desconcierto produjo un estadillo de risas en Carol.

-De verdad, deberías de poder ver tu cara. Es un maldito poema. -me dio un empujón en el hombro- Relájate en serio, estoy segura de que vas a flipar y te va a encantar.

-Ya bueno, antes de relajarme me gustaría saber por qué nos hemos subido en el coche de un desconocido. -apreté los labios buscando explicaciones.

-Soy John, yo también estoy encantado de conocerte. Dentro de poco sabrás quien soy y técnicamente no soy un desconocido. -sonrió amable y arrancó el coche- Ahora abre esa maldita carta.

•[SIEMPRE mientras ESTÉ]• (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora