Bajamos del barco con total normalidad. Un día antes nos habían llamado para avisarnos de que podíamos a volver a casa con total normalidad. Kayla y su equipo se fueron sin apenas despedirse de nosotros y Baco volvía a estar extraño.
-¿Qué te pasa? -dije subiendo en el coche y cerrando la puerta.
-Nada, simplemente estoy pensativo. -se centró en la carretera.
El resto del camino nos mantuvimos en silencio, Baco no parecía querer hablar y era casi imposible hacer que respondiera a mis preguntas. Seguía sin saber qué era lo que le había dicho su padre en aquel despacho. Comenzaba a ponerme de los nervios.
Nada más llegar a casa bajé sin dirigirle ni una palabra y entré a casa. Ni siquiera aparqué el coche con él, estaba enfadada por no confiar en mí lo suficiente como para hacerme saber qué le había dicho. Cerré la puerta de un portazo, entré sin mirar hacia ningún lado pero el sonido de la televisión me despistó. ¿Nos habríamos dejado la televisión encendida al irnos? No, eso no puede ser, lo revisé todo unas dos veces. Me quedé algo retraída en la entrada de la casa sin saber qué hacer. Iba desarmada, miré a mi alrededor y no encontré nada con lo que poder defenderme bien. Lo único que tenía a mano era el paragüero. Agarré uno de los paraguas largos y me adentré en la casa. Cogí el paraguas de forma defensiva, con pasos cautelosos fui hasta el salón. Al llegar allí mi paraguas cayó al suelo y me quedé estática en el lugar.
-Pensé que nunca volveríais. -Cameron se levantó del sofá, se acercó hasta mí y me estrechó entre sus brazos. Una vez en sus brazos mi shock finalizó, rompí en llanto mientras le devolvía el abrazo.
-Cameron, estás bien… -susurré en su hombro abrazándolo.
-¿Niñita, qué es todo ese alboroto? -Baco entró al salón, al contrario que yo no se quedó en shock. Este sonrió de oreja a oreja y se abalanzó sobre Cameron para abrazarlo mientras reía a carcajadas.
-Estaba preocupado por vosotros. -solté a mi hermano y lo miré desde lo lejos intentando asimilar que mi hermano se encontraba bien. Necesitaba asegurarme de que esto no era un sueño y ahora mismo no me encontraba en el coche aún de vuelta aquí durmiendo.
-¿Tú? Serás cabrón, menos mal que vuelves a estar aquí. -Baco volvió a abrazarlo.
-Carol me contó que no sabía dónde estábais, habéis tardado un mes en volver. Las semanas se me han hecho eternas sin vosotros. Carol está a punto de llegar ha salido a comprar comida para hacer la cena. -sonrió y golpeó amistosamente el hombro de Baco- Subid a instalaros, ahora cuando venga Carol nos explicais que habéis estado haciendo, supusimos que estábais en una misión pero necesitamos más explicaciones.
-Si claro, ahora os lo explicamos. -besé la mejilla de mi hermano mostrándole una sonrisa y arrastré a Baco con nuestros macutos a la parte de arriba de la casa.
Estiré su brazo para meternos en mi habitación, debíamos de hablar urgentemente.
-¿Qué haces? -me miró extrañado.
-Baco, ¿qué pasa con lo nuestro? -lo miré preocupado, este agachó la cabeza y exhaló profundamente.
-No lo sé, niñita. -agarró mi rostro entre sus manos.
-No quiero perderte, nos ha costado mucho tiempo conseguir estar juntos y si te soy sincera no quiero perderte justo ahora. Sé que mi hermano te importa pero él debería de aprobar lo nuestro. Él está con mi mejor amiga y yo no me molesto. -comencé a hablar rápido sin parar, estaba muy agobiada. Pensar que todo el esfuerzo que habíamos hecho para estar juntos era en vano me agobiaba. Estaba hablando muy rápido debido a los nervios pero Baco me calló con un beso. Se lo seguí despacio después nos separamos mirando nuestros ojos.
-Habrá que contárselo, yo tampoco quiero perderte Dakota. -hizo una mueca.
-¿Cuándo se lo contamos? -Baco suspiró y besó mi frente.
-En la cena, se lo contaremos todo. Carol nos ayudará para que no se altere mucho, quizá lo haga entrar en razón. -asentí y sonreí.
-Te quiero mucho Baco. -lo besé rodeando su cuello con mis brazos.
Baco apoyó sus manos en mis caderas y me pegó más a él alargando el beso. Sonreí mientras besaba mis labios y caminé hacia atrás hasta topar con la cama. Me dejé caer hacia atrás arrastrándolo conmigo. Baco sonrió mordiendo mi labio inferior.
-No deberíamos. Tu hermano está abajo. -besé su cuello despacio. Después lo miré a los ojos y le di un pico travieso.
-¿Más interesante no? No podemos hacer ruido. -me reí bajito robándole un beso.
-Estás loca niñita. No sabes como me gustas. -nos fundimos en un beso apasionado que aceleró el ritmo de nuestras respiraciones. Nos olvidamos de todo lo que nos rodeaba, sus caricias pasaron por todo mi cuerpo mientras mis manos se enredaban en su cabello.
-¿QUÉ COJONES HACÉIS? -Baco se quitó de encima mía como si de un muelle se tratara. Ambos miramos a Cameron con los ojos como platos y con el corazón en un puño. -Dakota sal ahora mismo de la habitación.
-Cameron esto tenemos que hablarlo los tres, no es solo culpa suya. -lo miré preocupada agarrando la mano de Baco bastante asustada por su semblante.
-Dakota he dicho que salgas. -viendo que no me iba apartó la mirada durante un segundo de Baco para fulminarme con la mirada y rugió.- AHORA.
-Ve, no te preocupes. -Baco me asintió serio y yo salí de la habitación. Esto iba a acabar muy mal, apoyé mi oreja en la puerta e intenté escuchar lo que decían.
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•[SIEMPRE mientras ESTÉ]• (COMPLETA)
RomansBaco es un chico al que desde los 7 años no han querido adecuadamente, necesita cariño y algo de normalidad en su vida. En su vida no ha tenido elección nunca, acabó trabajando para una sede que esconde más secretos de los que cree. Dakota piensa q...