41. UN TIRO LIMPIO

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En ese justo momento por la puerta de la cocina aparecieron Dakota junto a Cameron.

-Buenos días. -Cam me pegó una colleja tras decir eso.

Dakota no me miró siquiera, se limitó a pasar detrás de mí y hacerse su desayuno.

-Tenemos una nueva misión. Es para mañana, por lo tanto debemos de hacerlo esta noche. -terminé mi cuenco de cereales. Me levanté para dejarlo sobre el fregadero.

-¿Qué hay que hacer? -pregutó Dakota girándose hacia mí.

-Esta misión es bastante peligrosa, no deberías de venir niñita. -eso la desconcertó.

-Dime lo que hay que hacer y ya juzgaré yo si debo ir o no. -me encaró pero hice caso omiso a su pataleta.

En eso llegó Carol que se involucró en la conversación, como no apoyando a su amiga.

-La última vez lo hizo muy bien, tiene buenas ideas y conseguimos el colgante rápido. No hizo nada mal. -Carol se sentó en la barra de la cocina.

-Vale contaré que hay qué hacer. Pero sigo opinando que no debería de venir. -insistí para después contar lo que había que hacer. Cuando acabé de contarlo Dakota comenzó con su discurso para conseguir venir.

-Desde luego que iré Baco. Tengo que asegurarme de que la misión se haga
correctamente. No puede salir mal. Si hacemos está misión bien nos quitaremos una cuarta parte de lo que debemos. Sería perfecto. -se cruzó de brazos.

-Que decida Cameron. Yo sigo pensando que no es buena idea. Si la cosa se pone fea será muy peligroso, yo no estoy dispuesto a ponerte en peligro, niñita.

-Creo que mi hermana debería de ir, -Dakota se abalanzó a los brazos de su hermano y lo estrujó entre sus brazos- Ha estado practicando la he visto, ya hemos hecho más misiones de ese tipo y no han sido tan peligrosas como describes.

-Tampoco ganaríamos tanto dinero como con esta misión. No comprendes que si la paga es más alta el trabajo es más peligroso parece. Antes eran unas cuantas bolsas de coca, esto a saber qué es. Ni siquiera nos deja abrir la caja. -comencé a enfadarme.

-Dijiste que la decisión era mía Baco y ya he decidido. -bufé cabreado y salí de la cocina maldiciéndolos entre dientes.

Sabía que algo malo iba a ocurrir. Esto no se trataba de un simple robo y Cameron había empezado a confiarse demasiado.

                         🌊🌊🌊🌊

Cameron caminaba a mi lado, ambos llevábamos una pistola escondida en el interior de la chaqueta por si algo salía más. Dakota caminaba detrás de mí junto a Carol que llevaba otra arma. Llegamos hasta la cochera y tras forzar la cerradura se abrió. En la cochera solo se encontraban las tres cajas. Tenían un tamaño medio por eso me extrañaba que pesaran tanto. Me acerqué rápidamente dejando a Cam haciendo guardia en la puerta de la cochera. Intenté levantarla pero pesaban demasiado. La abrí desobedeciendo a mi jefe y para mi sorpresa eran lingotes de oro. Normal que nos pagaran tanto, lo extraño era que no había nadie vigilando la puerta.

-Baco date prisa, viene alguien. -se giró Cameron hacia mí. Dakota dejó a mi lado un carrito pequeño. Como el jefe nos avisó de su peso decidimos
prevenir antes que curar. Dejé las cajas apiladas en el carrito y nos dispusimos a salir de allí. Al llegar a una de las esquina nos encontramos de frente con tres tipos altos y
corpulentos con cara de pocos amigos. Iban armados, cada uno con una pistola. Actué rápido, con la mano en la espalda indiqué a Dakota que saliera corriendo con las cajas. No dudó en echarse a correr. Los hombres sacaron una pistola cada uno. A mi derecha se encontraba el interruptor de la luz. Con un ágil movimiento la apagué. Agarré a Cameron para que se agachara. Los hombres comenzaron un tiroteo con la nada. Al fondo escuché un grito femenino. Parecía la voz de Dakota pero no estaba seguro. Saqué mi arma y disparé a las piernas de los hombres. El pasillo no era muy ancho entonces no había mucho a lo que disparar. Corrimos el pasillo hacia delante aprovechando que se quejaban. Torcimos en la primera esquina que pudimos y tomamos un atajo que nos llevaría hasta donde se encontraban Carol y Dakota. No necesitaba la luz encendida ya que había estudiado antes cada uno de los pasillos para conocer todas las salidas posibles. El pánico se apoderó en mí cuando escuchaba los quejidos repetidos de Dakota. Palpé la pared para buscar un interruptor y encender de nuevo la luz. Lo pulsé horrorizándome ante la escena que se encontraba frente a mí. Dakota se encontraba apoyada en la pared con la cabeza mirando hacia arriba. Presionaba su costado del que salía bastante sangre. Carol rompió su camiseta para rodear su cintura y apretar su herida, así no saldría tanta sangre.

-Carol, vete con Cameron por la salida de atrás. Nosotros saldremos por la del lateral. El coche está en la salida de atrás. Dakota y yo iremos en la moto, tengo que llevarla al hospital.

-Carol asintió, Cameron no pudo reaccionar ya que intentaba asimilar que a su hermana la habían disparado. Ellos dos se fueron corriendo por el pasillo contrario al que habíamos venido.

Me acerqué hasta Dakota y agarré su cara para que me mirara. Mi semblante era serio, me sentía culpable por haber permitido que viniera. Podría haber hecho cualquier cosa para que se quedara en casa.

-Dakota necesito que te subas a mi espalda, no puedes correr así. Perderás más sangre. -asintió mordiendo sus labios intentando soportar el dolor. Me agaché frente a ella de espaldas para que no tuviera que saltar para subirme a mí. Pasó sus brazos alrededor de mi cuello y apoyó su cara en mi nuca.

Avancé por el camino que teníamos frente a nosotros. De lejos se podían escuchar a los hombres buscándonos, el problema es que iban muy lentos. Tuve que evitar un enfrentamiento físico con ellos porque eran uno más. Nos habrían ganado, tampoco quería matarlos porque no era un asesino. Eso era un robo y no estaba dispuesto a cargar con tres muertes. Llegué a la puerta de salida pero un grito me detuvo. Carol gritaba mi nombre con horror.

-Mierda. -bajé a Dakota de mi espalda y agarré sus hombros- Ahora tienes que continuar sola. Corre hasta algún sitio en que el que sepas que estarás segura. Ve a algún portal cercano, llama y di que eres la vecina que se te han olvidado las llaves. Después mándame una ubicación al móvil. Ten cuidado por favor.

-Estaré bien, encárgate de que Cameron y Carol estén bien. -le di un beso en la frente y esperé a que saliera del recinto de cocheras.

Cuando vi que se iba bien sin ningún inconveniente corrí por el pasillo en el que Cameron y Carol habían desaparecido. Carol seguía llamándome con la voz desgarrada. Al final del pasillo vi como estaban pegando a Cameron cuando él ya se encontraba tendido en el suelo sin moverse. El otro hombre agarraba a Carol del cuello pegado en la pared. Le hice un movimiento a Carol para que siguiera gritando así no se percatarían de que me acercaba.

Una vez que llegué hasta ellos le pegué un puñetazo en el estómago al hombre que se encontraba a cuatro patas sobre Cameron pegándole puñetazos sin cesar. De su cabeza salía sangre debía de haberse caído de las escaleras antes de llegar a esa situación. Carol aprovechó que se despistó para propinarle una patada en sus partes y usar alguna que otra llave que ya habíamos practicado con anterioridad. Saqué mi pistola sin pensármelo al ver el estado de Cameron. Le disparé en la cabeza para que no hubiera posibilidad de que se escapara. Carol redujo a su contrincante y le pegó un rodillazo en la cara dejándolo inconsciente.

-Coge las cajas. Yo llevo a Cameron. -ordené a Carol.

Carol subió las escaleras que conducían a la salida. Yo cogí a Cameron como un saco de patatas, las gotas de sudor caían por mi cara al igual que la sangre que había chocado conmigo al volarle los sesos a aquel imbécil. Subí y me dirigí lo más rápido que pude hacia el coche. Lo puse en el copiloto mientras Carol cargaba las cajas en el maletero. Cogí sus llaves del bolsillo y fui hasta Carol.

-Llévalo al hospital, tengo que buscar a Dakota, tiene que estar muy débil si sigue sangrando con la misma fluidez de antes. -asintió la cabeza con los ojos acristalados. Me arrebató las llaves y montó en el coche.

Saqué mi teléfono por suerte tenía un mensaje de Dakota. Vi la ubicación de un bloque de pisos y sonreí. Corrí hasta allí, al verme salió.

-¿Están bien? -preguntó.

-Cameron está inconsciente pero se pondrá bien, nos veremos en el hospital vamos. -me rodeó con su brazo para apoyarse en mí y así no hacer tanto esfuerzo.

Me mantuve en silencio para escuchar si alguien venía. De pronto escuché como alguien cargaba su arma preparándose para disparar. Empujé a Dakota hacia el suelo, agarré su espalda para que el impacto con el suelo no fuera tan doloroso. Me mantuve encima de ella por un segundo hasta que vi al tercer hombre apuntándonos con su arma. Agarré a Dakota y la puse detrás de mí. El hombre comenzó a acercarse para esta vez no fallar el tiro. Se rió con malicia cuando nos tuvo a tiro.

-Ya no tenéis escapatoria, os pensábais que os saldríais con la vuestra. -rió. Aproveché ese momento para sacar mi arma y disparar hacia su mano. No sé exactamente dónde le di pero lo único que me importaba era que soltara el arma. Intentó coger con la otra mano la pistola pero volví a dispararle en la mano contraria. Fallé la primera vez pero a la segunda no. Me levanté del suelo con Dakota y la puse delante de mí. En el caso de que cogiera un arma no podría dispararle a ella, no tendría un tiro limpio.

•[SIEMPRE mientras ESTÉ]• (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora