Capítulo 4, parte 2

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Ella.

—Adelante —dice la directora. Dylan espera a que yo lo haga para hacerlo. Su carpeta ancha en hojas se encuentra sobre el escritorio de madera de la directora—. Tomen asiento. —Nos señala las sillas acolchadas negras—. No creí verla aquí tan pronto, señorita Étoile. —Saca una carpeta vacía de los cajones y escribe mi nombre—. Y usted, señor Crawford, ¿no puede mantenerse sin problemas hasta que lleguen sus padres, al menos?

—Quiero presentar una queja —dice Dylan al sentarse.

—¿Si, usted? Haber, dígame...

—La señorita Etoile me agredió físicamente allí fuera.

Giro para mirarlo, pero sus ojos se mantienen al frente.

—¿Con la boca?

—En ese caso no tendría problema —se mofa.

—La recepcionista me informó que estaban besandose.

—Me subestima —dice con total tranquilidad.

—¿Señorita, usted lo golpeó?

—¿Qué pregunta es esa? Por supuesto va a mentir para defenderse. Llame a la recepcionista, que me diga a la cara lo que supuestamente hacíamos.

—¿Qué? —le pregunto inquita.

Me mira con la boca y el ceño fruncido.

—Muy bien. —Aprieta uno de los botones en el teléfono—. Necesito que venga.

—No hables —me susurra.

—¿Sí? —pregunta la recepcionista al entrar.

—¿Qué clase de conducta indebida vio haciendo a el señor Crawford y la señorita Etoile? —Ambos volteamos.

—Estaban besándose —contesta.

—Miente.

—No lo hago.

—¿Cuánto demorarán en llegar mis padres? No creo que les haga feliz que me llamen mentiroso.

—Nadie lo está llamando de ese modo —aclara la directora.

El sentimiento de culpa me inunda. 

—¿No? Estoy castigado por supuestamente tener "comportamientos indebidos" con una chica en el vestuario. Ahora, por besar a una chica en dirección, ¿me cree tan estúpido?

—Cuide su vocabulario —le ordena la directora.

—¿Va a castigarme acaso?

—Muy bien. Ambos están castigados. Señorita Étoile , voy a llamar a sus padres... digo hermanos por su comportamiento, esperen afuera separados, por favor. No queremos otro mal entendido.

La recepcionista se queda con la directora, espero no tenga problemas por las mentiras, aunque no creo que le hayan creído a Dylan, intuyo que cedió por la presión.

—Fue muy arriesgado.

—Da igual. —Se sienta en la fila de la pared del frente.

Por su tono no creo que quiera que le hable, por lo que no lo hago. Me siento y saco el celular, le aviso a Alex de la situación y aprovecho el tiempo hablando con él.

****

Ty sale junto a la madre de Dylan de la oficina de la directora, estuvieron dentro media hora. La madre de Dylan me mira de reojo camino a su hijo, ha de pensar que lo golpee, al final esta reputación es peor que la otra.

Entre tu tierra y mi cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora