Capítulo 12, parte 1.

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Lunes, 6 de abril del 2020

Él.

A día de hoy, dos días después del ataque a Alex, aun sigo sin verlo. Bella le encargó a Tyler, su hermano, que le creará un anillo. Una tarea muy difícil, no sólo porque ese anillo significa la ausencia de Bella, sino porque no encuentran el molde adecuado, al parecer el tamaño de la piedra refleja que tan fuerte eres. Lo cual es extraño, mi piedra es del mismo tamaño del de Bella, siendo yo transformado y ella de nacimiento. Aunque el color y nuestras habilidades son diferentes. A quien sí pude ver es a Ashley. No voy a decir que era una dulce niña, nunca lo fue, recuerdo que cuando ella tenía 5 años me pegaba porque le hablaba, pero no deja de darme pena. Ahora es una bestia salvaje, está todo el tiempo transformada, sin huellas humanas.

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-Anne

Te estamos esperando afuera, sal.

10:20h

Yo-

¿Qué querés?

10:20h

-Anne

Hoy es la audiencia de tu hermano, sal ya mismo.

10:20h

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Una corriente helada recorre mi espalda.

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Yo-

No puedes obligarme a ir.

10:20h

-Anne

Sal o entra tu padre ahora mismo a buscarte.

Claro que puedo.

Y es más, creo que a ti te haría bien pasar una noche en una celda, para familiarizarte.

10:21h

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Con el impulso que creo al ponerme de pie, estalló mi celular contra la pared.

-¿Qué ocurre? -me pregunta Bella cuando entra con Titán en brazos del jardín-. Dylan. -Me agarra de las manos.

-Estoy harto.

-¿Quieres contarme? -pregunta paciente y con tono contenedor.

Nos sentamos en el sofá.

-No quiero ir -suelto.

-¿A donde?

Me levanto y grito, Titán ruge acompañándome.

-Quieren que vaya a declarar a favor de la persona que me mato, Bella. Él maldito me abandono en el mar el día de mi puto cumpleaños, dejo que me ahogara, 15 años cumplía, 15. Ví como mi hermano se iba nadando y me dejaba. -Le pego un piñazo a la pared. Bella me abraza desde la espalda, sus cortos brazos me cubren el abdomen. No dice nada, sólo permanece así-. Van a obligarme. -Tocan timbre-. Es Paul, mi padre -aclaro porque no debe saber como se llama.

Me repongo antes de que los porteros le abran.

-Vamos -dice mi padre sin verme al entrar-. Todavía no te vestiste. Tienes 5 minutos -dice tras mirar la hora en su reloj.

-No...

-No, Bella -la inrerrumpo.

-¿Puedo acompañarlos? -pregunta y me sujeta la mano.

Entre tu tierra y mi cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora