Heliotropo; Deseo de amistad.
Uno de los muchos motivos por los que Bridgette admiraba a Félix era por su gran sentido práctico. Cuando el duque decidió iniciar las excavaciones en su finca, dos años atrás, ordenó la construcción de un pequeño edificio junto a las ruinas; lo llamaban la antika, y era el lugar en donde se almacenaban los descubrimientos hasta estar completamente restaurados y ser enviados a Londres.
La antika tenía tres espaciosas habitaciones. Una era una sala para las antigüedades que Bridgette aún no había restaurado. Otra servía para guardarlas una vez habían pasado por sus manos. La tercera habitación era su lugar de trabajo, y Félix lo había diseñado bien. La estancia estaba llena de ventanales por los que entraba luz natural. Las paredes y el suelo de piedra mantenían el sitio fresco en verano, un hecho que a la señora Bennington le gustaba mucho pero que a Bridgette no le importaba lo más mínimo. Para ella, el verano en Inglaterra era agradable y nada caluroso. Desde luego, mucho mejor que un mes de agosto en los desiertos de Marruecos.
Había también una bomba de agua y una pila, además de unas enormes mesas de roble para los trabajos en curso. Uno de esos trabajos era el suelo de mosaico que habían encontrado esa mañana y que ahora Bridgette se disponía a restaurar.
Concentrada en su trabajo, no se dio cuenta de que lady Allegra Hammond la observaba desde la puerta, hasta que ésta tosió ligeramente.
—Espero no interrumpir algo de gran trascendencia histórica— dijo la vizcondesa sonriendo —Estaba dando una vuelta por las excavaciones con mi hermano cuando nos han interrumpido. Al parecer los trabajadores han encontrado una estatua de gran relevancia.
—¿De verdad? ¿Qué estatua?
Lady Hammond sacudió la mano restando importancia al tema.
—No tengo ni idea. La atención de mi hermano se ha centrado completamente en ese nuevo hallazgo y yo he tenido oportunidad de escapar.
—¿Escapar?— se sorprendió Brid
—Sí, claro. Cuando Félix empieza a hablar de antigüedades romanas, debo confesarle que me aburro enormemente. Ayer, cuando me enseñaba una infinita colección de jarras, cuchillos y objetos de metal, tuve que hacer esfuerzos para no bostezar. La visita de hoy de muros, techos rotos y capas y capas de polvo han sido demasiado para mí, y me he visto impulsada a escapar. Usted es como Félix, y sin ninguna duda cree que todo esto es fascinante. Yo, sin embargo, no soy una intelectual, y me temo que no puedo estar horas discutiendo sobre una vieja jarra de vino rota.
Bridgette se preguntó cómo era posible que alguien encontrara aburridas esas conversaciones. En sus sueños, ella y Félix debatían apasionadamente sobre ese tipo de cosas cada día; por supuesto, eso nunca se daba en la realidad, ya que ella se quedaba sin palabras siempre que él se le acercaba.
ESTÁS LEYENDO
Y ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ғʟᴏʀᴇᴄɪó
Ngẫu nhiên-𝑳𝒂 𝒇𝒓𝒂𝒈𝒂𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒇𝒍𝒐𝒓𝒆𝒔, 𝒔𝒆 𝒕𝒓𝒂𝒅𝒖𝒄𝒆 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒔. Oculta tras unas enormes gafas, Bridgette Dupain-Cheng es la restauradora de antiguedades mejor preparada para ll...