Amapola; Resurrección.
El corazón humano debe de ser realmente fuerte y resistente, decidió Bridgette al despertarse a la mañana siguiente. Se sorprendió de no sentirse aún rota de dolor ni con el alma destrozada. En lugar de eso y de un modo extraño, se sentía como si hubiera vuelto a nacer.
Se había pasado toda la tarde y casi la noche entera llorando contra la almohada y tratando de curar su corazón herido. Las insultantes palabras de Félix le habían hecho derramar infinitas lágrimas. Se dijo a sí misma, más guiada por el orgullo que por la sinceridad, que esa lady Lila con la que él quería casarse se lo podía quedar. Se había repetido miles de veces que era una tonta por conservar ilusiones imposibles, pero ahora lo que más le dolía era la devastadora destrucción de todas las esperanzas que había tenido de que algún día Félix sintiera afecto por ella; unos anhelos que ella misma no había reconocido que tuviera hasta que la opinión de él los aplastó.
Esa mañana, aunque el recuerdo de la pena seguía allí, Bridgette no se sentía triste ni tonta. Se sentía libre.
Mientras se vestía, intentó entender lo que le pasaba, y se dio cuenta de que se había quitado un gran peso de encima. Se había pasado los últimos cinco meses intentando ser lo que Félix quería, intentando anticiparse a sus más pequeños deseos u órdenes, trabajando como una esclava para complacerlo, y lo único que había logrado era su indiferencia y su desprecio.
Bridgette se sentó frente a su tocador y observó su reflejo en el espejo mientras se peinaba. Una sonrisa sincera se dibujó en su rostro. Félix la había llamado patética, y la verdad es que tenía un aspecto un tanto lamentable, con los ojos hinchados de llorar, pero lo único patético de todo aquello era lo mucho que ella se había preocupado de él.
Las palabras de Félix habían sido duras, pero le habían hecho entender algo sobre sí misma que nunca antes había visto.
Desde la muerte de su madre se había pasado la vida queriendo ser necesitada, tratando de llenar el vacío que esa muerte había dejado en el corazón de su padre, intentando ser su compañera de trabajo, un alivio para sus penas. Allí, en Tremore Hall había querido hacer lo mismo con Félix. Deseaba desesperadamente que él la necesitara, que la hiciera sentirse valiosa, apreciada y amada.
«Tan atractiva como un insecto pegado a una hoja.»
Ahora, a la luz de un nuevo día, se juró que las cosas iban a ser distintas. Se acordó de las preguntas que Allegra le había hecho el día anterior en la antika, y se dio cuenta de que la conducían a la más importante de todas: ¿ahora qué?
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Y ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ғʟᴏʀᴇᴄɪó
Diversos-𝑳𝒂 𝒇𝒓𝒂𝒈𝒂𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒇𝒍𝒐𝒓𝒆𝒔, 𝒔𝒆 𝒕𝒓𝒂𝒅𝒖𝒄𝒆 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒔. Oculta tras unas enormes gafas, Bridgette Dupain-Cheng es la restauradora de antiguedades mejor preparada para ll...