Capítulo 1

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-Buenos días, Lauren -saluda Jenna desde su escritorio, tras el computador.

La chica la saluda de vuelta con un asentimiento de cabeza y una pequeña sonrisa. Ese día realmente no estaba del mejor humor, los vecinos del piso de arriba no paraban de gritar "SHOT, SHOT, SHOT" en toda la bendita madrugada.

La oficina parecía estar en gran movimiento hoy; las personas pasaban por doquier, casi corriendo y tirándose unos a otros, casi parecían animales salvajes, ¿y ahora qué está pasando?, ¿estaban regalando algo y Lauren no se había enterado?

La chica de ojos verdes llegó al ascensor. Era realmente increíble el dolor de cabeza que tenía, parecía que su cerebro exigía salir de su cabeza y desaparecer por unas horas. Pulsó el número 6 en la máquina metálica, pero antes de que se cierren las puertas visualizó a un pequeño ángel corriendo y levantando los brazos.

-¡Detenlo! ¡Por favor!

Sonrió. Bien, ella ya había alegrado un poco ese horrible día.

-Dios, Ally, es la primera vez que te veo correr con tales tacones -dijo, haciendo que la chica bajara a ver esas plataformas de dos metros.

-Quiero verme más alta.

La abrazó por los hombros sonriendo. -Eres perfecta así.

-Solo lo dices para que tu café esté bien hecho -refuña.

-Capuchino, con doble de café, sin chocolate ni azúcar -le sonrió dulce antes de que las puertas se abrieran en el piso esperado.

Ally saca la lengua, haciendo burla de la ojiverde, a lo que la última sonrió caminando hacia su oficina. Llevaba unas cuantas carpetas en su mano derecha, y en la izquierda

Ella me saca la lengua en forma de burla alejándose a su lugar de trabajo. La más alta sigue su camino hacia su oficina, no sin antes dar un vistazo hacia la oficina de Sam. Pero su puerta estaba cerrada. La oficina de la ojiverde era en verdad envidiable para los demás; al ser la segunda al mando de Sam, el jefe de la compañía, debía tener un espacio impecable, sin contar que era la mejor editora del mundo, o al menos eso decía Nomani.

Colocó su bolso en el escritorio de madera, haciendo una mueca de dolor, esos tacones en serio la mataban.

-Pero vean que hermosa criatura del Señor -la morena entra por la puerta, con un vestido azul marino.

-Buenos días a ti también, Mani -sonrió ojeando su agenda.

-¿Qué pasa? ¿Por qué no estás emocionada? -pregunta desconcertada.

-¿Debería estarlo?

-¡Por supuesto! -exclama acercándose a su amiga. -¡Está noche es la gran noche?

-¿Gran noche? -bien, ahora si que Lauren estaba más perdida que los hijos de la llorona.

-¡NORMANI! -Ally corre hacia la oficina de la ojiverde hecha una bestia, aún con dos vasos de café en manos. -Sam se lo diría hasta más tarde.

La morena hace cara de arrepentimiento.

-¿Qué está pasando? -pregunta la ojiverde tomando su vaso de cartón.

-Mani casi estropeaba la sorpresa -Ally mena su vaso, negando con la cabeza.

-De cualquier manera tenía que saberlo, cielo -Normani le da un pequeño beso en la mejilla de la pequeña rubia, recibiendo un gruñido por parte de la más baja.

-¡Solo díganme qué está pasando! -exclamó.

-¿Te enojaste? -la morena levanta su vista hacia su amiga. -Eso es muy sexy... ¡Ay! -grita al sentir el golpe propinado por Ally.

La puerta de Sam se abre de par en par, dejando ver una cara realmente frustrada.

-Bien día, muchachas, ¿listas para la noche?

-¡¿Quiere alguien decirme que pasa hoy por noche?! -ladra la ojiverde dejando su vaso en el escritorio, ¿es que era mucho pedir explicaciones?

Sam voltea a ver a su asistente estrella con el ceño fruncido, como si le hubieran salido dos cabeza, y el humor de Lauren no pudo aumentar más.

-Hoy es la fiesta de Blackwell Fashion -dice obvio.

-¡¿Por qué nadie me dijo?! -miró a todos los presentes. ¿Qué les pasa?

Nomani se vuelve hacia Sam. -Pensé que dijiste que le ibas a dar la "buena noticia".

-Eso he hecho.

-¡Se lo has dicho como si ella ya tuviera que saberlo! -sacude la cabeza, mientras Sam la mira confundido. -¡Por esta razón no me gustan los hombres!

-¡Coincido! -grita la de ojos esmeralda ya furiosa.

-¡Cálmense! -grita Ally atrayendo la atención de todos, hasta los que están fuera de la oficina, para ser pequeña tenía su carácter. -No hay porqué alterarse.

-Claro, porque tú no te has enterado horas antes de una fiesta -resopla.

-Ya, ya, ¿saben algo? Váyanse luego del almuerzo.

-¿Qué? -pregunta Lauren, mirando esa calva brillante como lastre.

-Sí, hoy no hay mucho que hacer, vayan a hacer las aburridas e innecesarias cosas de mujer.            -sonríe sarcástico mientras abandona el lugar, hacia el ascensor.

-¡Las cosas de chicas son necesarias! -grita Normani. -Muy bien, chicas, la veo luego del almuerzo, llenen esas barrigas tan rápido como puedan -dice sobando su vientre, empezando a  contonear su figura hasta su propio escritorio.

-Oye -Ally llama, señalando la taza que descansa en mi escritorio con la cabeza. -De nada.

Sonrió. -Gracias, ángel.

La chica observa como Ally desaparece de su oficina. Suspiró pesadamente, sentándose en su silla. ¿Era por eso que Sam ha estado de mal humor estos días? Sabía que otra persona había comprado la agencia BookVerly, y que pronto el calvo de Sam sería reemplazado, pero no creyó que todo pasaría rápido.

Obsession (Lauren Jauregui y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora