Capítulo 11

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La noche por fin había llegado, y con ella, la hora de salida del área de presidencia. Luego de la junta Lauren se sentía orgullosa de sí misma, y no solo por lo bien que había llevado las riendas en todo, sino por lo que pasó después; ver la mirada intensa y café de su jefa, esperando más de la ojiverde, era algo que valía la pena ver y sentir.

Dinah había estado parte de la tarde metida en la oficina de _______, sacándole cada detalle de su asistente y de las cosas que habían pasado. Era una cosa casi absurda, cuando a ________ Pavelka se le metía algo a la cabeza era imposible sacarla, y Lauren Jauregui estaba metida en su cabeza desde hace días. Había investigado cada cosa que podía: edad, trabajos antiguos, aspiraciones, etc. Se excusaba consigo misma diciendo que era para más seguridad laboral.

Obviamente.

-Creo que vas demasiado lento, mi querida presidenta -dijo la rubia en uno de los sofás de la oficina, con un vaso de whisky en manos. -Si no te apresuras te la quito.

La castaña bufó, tomando un sorbo de su vaso propio, viendo a la ciudad por el ventanal, ese lugar empezaba a ser su lugar favorito. Sin contar que quería estampar a su asistente contra ese vidrio y hacerle una que otra cosa.

-Esa mujer es increíblemente terca, nadie se había resistido así a mi.

-Aw, no me digas que Lauren te bajó el ego -rió la Polinesia. -¿Sabes? En el tiempo que estuviste en la junta, me hice amiga de la mujer morena que tienes de maquinadora de presidencia.

-¿La señorita Kordei? -frunció el ceño.

-Ella, y me ha dicho una que otra cosa de la Señorita Jauregui.

________ había mordido el anzuelo. Se acercó casi a zancadas al sofá donde estaba su amiga, mirándola completamente seria.

-Habla -demandó.

-Si me das un beso -dijo haciendo un pico con los labios.

-Deja el mame, Dinah Jane.

La otra alzó los hombros. -Entonces no te diré nada -la chica se levantó caminando a la puerta que daba a la asistente de su mejor amiga. -Solo te diré que tienes que cambiar de estrategia, o al menos lánzate más, de otro modo Lauren te ignorará.

La castaña ladeó la cabeza, escuchando como la puerta se cerraba. ¡Que carajos debía hacer!

Se levantó del sofá, yendo a su escritorio y seguir con su trabajo, pero era imposible concentrarse. Tuvo que haber seguido el consejo de Camila y haber dejado a Lauren en su antiguo lugar de trabajo, hubiera sido todo más sencillo. Pero fue impulsiva, queriendo tener a la ojiverde a su lado.

-¿Interrumpo?

La señora Pavelka volteó a la puerta, donde la chica de ojos verdosos la miraba curiosa.

-Para nada, ¿necesitas algo?

-Solo venía a avisar que ya me voy, es tarde -sonrió.

Cambiar la estrategia.

________ se levantó, caminando hacia su asistente, parecía una misión imposible mirarla a los ojos y no ver sus pechos por ese escote.

-Creo que no podrá irse, Señorita Jauregui -dijo, a menos de diez centímetros de su rostro.

-¿Perdón? -susurró.

Era hora, el juego tenía que intensificarse. Sin dudarlo más, tomó la cintura de la ojiverde con ambas manos, evitando que la menor pudiera moverse. Podía sentir como la respiración de sus asistente empezaba a descontrolarse, aunque se notaba el gran esfuerzo que esta estaba haciendo para que no se notase.

Obsession (Lauren Jauregui y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora