Capítulo 9

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-Señora Pavelka, es un gusto tenerla de nuevo por aquí -dijo la recepcionista del restaurante sonriendo.

-Gracias, Sara, ¿mi mesa está lista?

-Claro, pasen, por favor -dijo coqueta.

¿Es que todo el mundo coqueteaba con esa mujer? Eso molestaba a Lauren, no le gustaba eso. Acomodó su cabello, caminado tras su jefa, viendo como llegaba a robar miradas de los comensales. Esto era demasiado.

-Aquí tienen -dijo la mujer señalando una mesa alejada, a penas iluminada por unas luces flotantes. -Vendrá alguien a atenderlas en unos minutos.

La chica se fue enseguida.

-Permíteme -dijo la castaña, sacando la silla de la mesa, Lauren se sentó delicadamente, asegurándose de que su trasero fuera lo más visible para _______.

Dios, en qué se estaba metiendo.

-¿Qué te apetece comer? -preguntó la mayor.

A ti.

-Salmón, solamente -sonrió.

Un camarero se acercó a la mesa, anotando las órdenes. La chica de ojos verdosos sentía que estaban a punto de hacer un negocio, pero no era así, sentía como los ojos cafés de su jefa la observaban. Pero vamos, con una chica como Lauren Jauregui era imposible no tener la mirada sobre ella todo el tiempo.

-Dígame, Señorita Jauregui, ¿cuánto tiempo lleva trabajando en BookVerly? -preguntó la mayor.

-Hace dos años ya, me gusta mucho mi trabajo.

-Sí, es evidente, es buena en lo que hace -contestó encarnando una ceja. -¿Qué hace en sus tiempos libres?

-Bueno -tomó aire. -Me gusta leer, eso es obvio, también salir a correr a despejarme...

-Sí, también es algo obvio.

En ese momento el camarero se acercó a la mesa, para luego servir vino en ambas copas. Lauren frunció el ceño. Cuando el hombre se fue, habló:

-¿Por qué es evidente? -cuestionó.

La mujer alzó los hombros, dando un sorbo del vino. -Tiene una bonita figura, Señorita Jauregui.

El juego había empezado de nuevo.

La chica de ojos verdosos empezó su estrategia; pasó su dedo índice por la boquilla de la copa, lentamente, sin quitar la mirada de su jefa, quién la miraba de vuelta, luego a su dedo moviéndose, y de nuevo a ella.

-¿Se ha fijado en mi cuerpo?

-¿Cómo no hacerlo?

Había calor, demasiado calor se acumulaba en la entrepierna de la ojiverde. La castaña dio otro sorbo de vino sin dejar de ver a su asistente.

-Verá, Señorita Jauregui, para los nuevos lanzamientos estaremos muy ocupadas, por lo que ser indispensable que quite cualquier distracción del camino, eso incluye novios...

-Lo siento por interrumpirla, señora Pavelka, pero no tengo novio, no será un problema.

-Eso me alegra -al ver la mirada confusa de su asistente, corrigió: -Es decir, me alegra que toda su atención estará en el trabajo. Y por favor, llámeme ________.

-Claro -sonrió, y siguió su plan. -Supongo que ustedes también estará muy concentrada, y no podrá estar tanto con su pareja, ¿cierto?

-¿Pareja? -frunció las cejas.

-La señorita Dinah.

-Dios Santo, claro que no -sonrió, haciendo que Lauren sonriera a su vez. -Es solo una amiga.

Obsession (Lauren Jauregui y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora